Capítulo 9

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Ino y yo nos fuimos a sentar cerca del mar, el parque de atracciones quedaba cerca del muelle, decidimos pasar parte de la noche allí. Pusimos una manta sobre el césped e Ino fue a comprar muchas cosas para comer (entre ellas muchooos dulces).

— Algún día se te picarán los dientes — gruñi con molestia al verla comer dangos.

— Hasta ese entonces habré disfrutado de mis dulces.

— Infantil.

— Tsundere.

— No soy Tsundere.

— Sí lo eres.

— Que no.

— Que sí.

— No.

— Sí.

— No.

— Sí.

— NO.

— SI.

— TE HE DICHO QU-...

Me interrumpió con un fugaz beso, demasiado diría yo

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Me interrumpió con un fugaz beso, demasiado diría yo. Sentí arder mis mejillas en el transcurso y pude sentir el delicioso sabor de sus suaves labios. Mi estómago revoloteaba cuando aún me tenía unido a sus labios y ella, ese rostro, ese aroma, sus ojos cerrados todo me pareció tan... hermoso.

Al separarnos Ino jadeo y sonrió. Sin embargo yo estaba más rojo que un tomate.

— ¿PERO QUÉ? — le reclamé tratando de tapar mi boca avergonzado.

— ¿PERO QUÉ? — le reclamé tratando de tapar mi boca avergonzado

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— ¿Ves? eres un Tsundere.

Mis pómulos seguían ardiendo ¿cómo diablos hacía para que me sintiera así?

— Tonta — dije y giré mi vista a otro lugar. Me sacó la lengua y saco una pequeña pana y una cuchara.

— Traje gelatina de frutas ¿quieres?

— ... — no contesté, seguía avergonzado y mientras ella comía yo sólo la admiraba, queriendo ser esa gelatina que acariciaba su dulce boca.
Deseaba probar nuevamente esos labios, quería dar ese paso, porque ahora que ya no me interesaba Rin, podía deleitarme con mi ya no falsa novia.

Al querer comer un bocado más, agarre la mano de Ino y me comí la gelatina. Dejándola ahora sonrojada.

 Dejándola ahora sonrojada

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— ¿O-obito?

— Callate.

— Pensé que no te gustaban este tipo de cosas — dijo mientras sus mejillas tomaban un color carmesí.

— ¿A ti te gustan no? Sólo quiero comer gelatina y ya. Así que dame de comer — ordené fríamente mientras abría la boca con vergüenza cerca de ella.

— Ok di "ahh".

La miré fulminante y sólo abrí la boca y ella dejó caer la gelatina en ella. Rió un poco y trató de besa mi mejilla pero fui más rápido y la besé en los labios sorpresiva mente.

— Sabes... Pensé que ya no me querías, pues... Tú... — tartamudeó nerviosa.

— Quiero hacer las cosas bien ahora, lo siento si fui un completo imbécil antes Ino.

— ¿Qu-quieres cambiar p-por mí? — preguntó nerviosa y sonrojada.

Me sonroje y asentí.

— Me importas Ino.

El viento movió sus cabellos y comenzó a lagrimar

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El viento movió sus cabellos y comenzó a lagrimar.

— N-no llores — supliqué molesto. Odiaba verla lloriquear.

— Lo siento es que estoy muy feliz — balbuceó.

— Ahg.

— Obito, te amo.

«Te amo» la sutileza con la que pronunció esas palabras fue como si llenara un vacío en mí.

— Sí como sea — respondí.

Bellas mentiras [ObiIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora