Capitulo 3

684 84 43
                                    


— Sabes, muchas gracias por haberme acompañado hoy.

Rin sonrió amablemente, tomó mi mano y la apretó.

— De nada Rin, haría cualquier cosa por ti.

— Obito eres increíble. — nuevamente sonrió y miró hacia otro lugar; su sonrisa se alargó.

— ¿Sucede algo Rin?

— Mi novio ya está aquí.

Sentí una enorme roca caer sobre mi, ¿novio? ¿tenía novio?

— ¿T-tu novio?

— Sí, Kakashi ¡ya te lo había dicho!

Era cierto, pero prefería no creerlo. Kakashi, ¡por qué era él su novio y no yo!

— Rin — llegó Kakashi; me vio con si faceta de superior y agarró la mano de Rin.

— Ya Estoy lista vámonos.

Se fueron, dejándome con un profundo dolor. Nunca me hizo caso y aún así la trataba como a una reina. Miré mi teléfono celular y vi la hora, eran las seis de la tarde y ya estaba anocheciendo.

— Rin...

(...)

Caminaba por las calles oscuras, frías y solitarias. Yo llevaba el recuerdo de Kakashi y Rin conmigo, maldecía el hecho de que Rin no me hiciera caso. Tal vez, es tiempo de rendirme. Las manos en mis bolsillos daban el calor que necesitaba, había empezado a nevar y bufé, no sabía que ya empezaba la época de invierno.

— ¿Obito-kun?

Esa voz, levanté mi rostro rápidamente encontrándome con la mirada azul de Ino, llevaba puesto un abrigo morado, jeans negro, y sus botas cafés favoritas.

Ino, lamentaba internamente haberla tratado así anteriormente. Pero la verdad era que, la única manera de tratar de dar celos a Rin era si salía con ella. Solo la estuve haciendo sufrir con mi indiferencia, pero no puedo decir que la amo, no siento nada más que un afecto amistoso y la necesitó aún, para mi plan con Rin.

— Ino, tú... ¿qué haces aquí afuera?

— Vengo de la casa de Hidan.

¿Hidan? ¿Qué hacía ella en la casa de ese pervertido malparido? No sabía exactamente como me sentía en esos momentos, pero no me gustaba la idea de ella estando en la casa de ese abuelo.

— ¿Qué hacías allí? — Indagué tratando de ocultar la extraña molestia que me invadía.

— Acompañando a Deidara-nii, tenían un trabajo de la universidad.

¡Mierda el trabajo! Lo he olvidado.

— Mierda, cierto...

— ¿Tenías que reunirte con ellos?

— Sí...

Ino se miraba más apagada, tal vez sea por lo de hoy.

— Ino...

— ¿Sí?

— Perdón. No quería dejarte sola.

— Obito-kun, no te preocupes.

Sonreí y ella hizo lo mismo, sentí una calidez confortante y ella se abalanzó a abrazarme, cosa que hizo sonrojarme, y no entendía porqué si ya lo había hecho antes.

— ¿I-Ino?

— ¡Estás helado! Ven, te prepararé chocolate caliente — dijo y sonrió cerrando sus ojos, mi sonrisa ladina apareció y besé su frente. Jamás lo había pensado, pero Ino puede ser una gran amiga, aunque técnicamente seamos "novios".





Bellas mentiras [ObiIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora