INTENCIONES

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Ya no tenía planes de ver a Tim, tenía que dejarme de niñerías y enfocarme en lo que de verdad importaba; Batman y el Joker. En mañana del día siguiente, justamente a las 5:30 am, salí del departamento. Tenía el papel con la cuenta bancaria y un plan. 

Corrí por unos escasos minutos, la ropa que me habían proporcionado era sorprendente para el ejercicio. Gotham no era una ciudad linda, no había nada qué ver, nada qué disfrutar... A menos que quieras un asalto o muerte segura. A veces me preguntaba el por qué seguía gente viviendo en esa ciudad. Después de una hora, fui al banco.


-¿Jason Peter Todd?-. Me llamó un hombre elegante de traje negro y zapatos lustrados-. Es un gusto verlo. La Liga le extraña, sobre todo el Señor Ra's Al Ghul y su hija Talia. Me da gusto saber de usted y que acepta la oferta.

Me esperaban justo en la puerta del banco, qué sorpresa.

-Yo no la acepté para ser uno de sus peones, sólo quiero justicia.

-Sí y usted está igual de ciego que la misma-. Sonrió con amargura-. Acompáñeme.

Dude, pero le obedecí. Caminamos dos cuadras abajo y entre un callejón que apestaba a podredumbre había una gran puerta de hierro. Miré al hombre, estaba confundido.

-¿Dónde..?

-No se preocupe, señor Todd-. Abrió la puerta con una brillante llave de oro-. ¿Acaso teme morir?

No respondí porque él parecía tan franco. Empujó la puerta; el rechinar de las bisagras, el olor a metal, el sonido de algo caerse. Estaba oscuro y por primera vez, sentí miedo. De pronto, se hizo la luz y frente a nosotros había una mesa y una silla. El miedo se apoderó de mi cuerpo, las piernas me temblaron.

-Siéntese-. Se sacó el saco y la bufanda, dejándola en el respaldo de la silla. Se sentó y sonrió. 

Y yo, como un niño, le hice caso. No le miré a los ojos.

-¿Para qué el número..-tragué saliva- si usted me lo dará?

-Jason Todd, Robin, Chico Maravilla.

-¿Qué?- Levanté la vista. Nos encontramos.

-Dame el número.

-¿Qué dijo?

-Dame el número.

-¿¡Qué mierda dijo!?-. Me levanté de golpe, apoyándome en la mesa. La furia se dibujó en mi cara-. ¿¡Qué dijo!?

-¡Dame el maldito número, muchacho insolente!-. Él también se levantó, me agarró del cuello de la playera y me aventó a la silla.

-¿Cuál es su nombre?

El falso banquero se  arrojó a la silla, posando un dedo sobre sus labios y dándome señales de guardar silencio.

-Alaistair. Formo parte de la Liga de Asesinos. Soy tu contador.

-Es una estupidez-. Me burlé.

-A ti te podría matar de un solo golpe, no te burles.

-Ajá. ¿Entonces?

-Dame el número.

Saqué el papel de mi sudadera, lo dejé sobre la mesa. Alastair lo revisó cuidadosamente.

-Felicidades-. Se levantó con rapidez. Las luces se apagaron en un parpadeo. Reaccioné, pero regresó la iluminación y Alastair tenía un paquete en las manos. Lo dejó caer sobre la mesa-. Debes de vencer tus miedos o ellos te vencerán, Jason Todd.

No alcancé a responder porque tomó sus cosas y se fue. Y estuve solo durante quince minutos. El paquete tenía una nota y decía:

"Es hora de que hagas cuentas en Gotham. Alguien con tus habilidades es imparable. Entrenado por El Caballero de la Noche y perfeccionado por La Liga de Asesinos. 

¿Y tú quién quieres ser? ¿Qué quieres vengar? ¿A quién salvarás? ¿Te salvarás a ti mismo?"

La hice a un lado y abrí el paquete; arranqué el papel, rompí la cinta, abrí la caja, observé el dinero.

-Al parecer, no necesito de tu ayuda Bruce... Ya no más.


Come Back For MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora