Capítulo 2

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—Sí, gracias —sonreí

—Deberías salir de aquí, o te perderás de las clases —mientras hablaba entró al baño

—Sal de aquí, si alguien te ve... —miré al suelo y continúe en susurros —pensarán cosas poco adecuadas de nosotros

—No creo que alguien piense mal de ti Mari

Me guiñó un ojo, pero eso no me tranquilizaba.

—Por favor, que nadie lo sepa... —miré su cara de confusión— lo de nuestro... compromiso

Me alejé y él solo asintió.

—Yo Nathaniel, juro que nadie lo sabrá —puso una mano en su corazón

Entorné los ojos, sonriendo.

—A veces no sé si me da risa o me enoja lo qué haces

—Espero que te de más risa que enojo —me tendió su mano

—Nath... pero... —señalé la puerta —¿y si nos ven?

—Pensarán que eres mi novia, tranquila, nadie más que nosotros dos y nuestras familias lo saben —dijo sonriendo con tanta tranquilidad que se me pegó por un momento

Sacudí la cabeza y le di mi mano, Nath le dio un fuerte apretón y salimos del baño.

—Todo estará bien, déjamelo a mí —susurró en mi oído

Asentí y todos se nos quedaron viendo.

Comenzamos a caminar y los demás nos habrían paso, a veces la vida de la Universidad puede ser tan complicada...

Choqué con un chico rubio.

—Lo siento, perdóname enserio, yo no te vi pasar por aquí

Estaba tratando de disculparme decentemente.

—Mira por dónde vas la próxima vez niña mimada —entonó los ojos, estaba molesto

—Oye tú, ¿quién eres y cómo es que le hablas así? —Nath se puso a la defensiva

—Me llamo Adrian, ¿y tú niño pelirrojo?

—Nathaniel

—Bien, dejemos esto en claro, no me molesten y estarán bien, si me molestan, bueno no respondo por lo que pueda pasar —ni nos dio tiempo de responder, se fue inmediatamente del lugar

—Que chico más engreído ¿no Marinette?

—Oh, si claro, vamos a clase —esquivé su mirada y me fui corriendo al salón

Entramos y nos sentamos lo más rápido posible en nuestros separados asientos, las clases iban a empezar en cualquier momento.

Entró la maestra y detrás de ella entró Adrian.

—Clase, este es un chico recién transferido, preséntate por favor

Adrian entornó los ojos y de mala gana, habló.

—Me llamo Adrian Agreste, tengo 19 y no tengo amigos, no es que quiera hacerlos tampoco, me gusta estar solo

La maestra hizo una mueca y se dirigió de nuevo a nosotros con una sonrisa.

—Espero que lo hagan sentir bienvenido, puedes sentarte ahí junto a Marinette, Marinette alza la mano por favor

Lo hice y Adrian solo camino hasta nuestra mesa.

—Respeta mi espacio personal niña mimada

Asentí y me quedé callada.

Este iba a ser un año muy largo.

Me enamoré de un engreídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora