Uno se construye a punta de fracasos

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Ahora, ¿por qué hablo de una moneda de $200 pesos? Para enfocarte: no necesitas una gran suma para empezar. El día que soñé construir un concesionario metí la mano en mi bolsillo y eso fue lo que encontré: una moneda vieja de 200 pesos y un papelito que había rayado con la frase "sí se puede". Iba hacia mi casa, un pequeño apartamento que unos meses más tarde el banco me habría de quitar, así como me quitaron todo lo demás (me hicieron ligero, aunque al principio no me di cuenta del favor que me estaban haciendo. Lloré mis pérdidas hasta que me quedé seco por dentro y fue la última vez que lloré por algo material).

En una esquina descansaba una indígena, sentada en la base de un enorme guayacán. Le colgaban tres pequeñines: uno chupaba la teta, otro jugaba con un cartón y uno más se deslizaba entre los carros pidiendo algo para comer. Miré mi flaca fortuna (la moneda de 200), y sin pensarlo mucho se la entregué. Siempre he creído que mi vida cambió a partir de ese pago al universo (yo no lo sabía aún). No sé trataba de la moneda, que era poco; ni de la indígena, que mi moneda no solucionaría su economía... se trataba más de mi actitud: al final de mi desastre económico aún tenía la capacidad de dar. Eso hace parte del tercer secreto que te regalé antes: cuando eres generoso, cuando ofrendas y sabes dar, la vida y su energía te devuelven tres veces más. Hoy puedo decirte que DAR es mi piedra angular: "La vida es como un espejo. Si yo sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que yo tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí" (Gandhi).

Creo firmemente en ello. Es como te lo dije antes cuando hablé de La BONDAD: "Si eres consciente que entre más ganes más deben ganar los demás (tus clientes, tus empleados, tu familia y la sociedad), habrás alcanzado, además del éxito, la felicidad"... parece mentira. Pero cuando inviertes en los demás, siembras en terreno fértil para luego cosechar la mejor energía. Lo bueno se te devolverá (igual que lo malo). Más adelante te lo demostraré y te contaré cómo mantengo vivo ese canal! Por lo pronto voy a contarte el principio de mi historia como emprendedor.

Aprender a Fracasar!
Soy un tipo construido a punta de fracasos. Esa ha sido mi gran escuela y mi mayor tesoro. He tenido que aprender al revés: "lo que no te mata te fortalece". En mi caso, esta consigna ha sido palabra de Dios! Ahora no le temo a nada. Me he caído tantas veces y de maneras tan aparatosas, que todo ese fracaso se me volvió libertad! Me acostumbré a él y lo abracé como motivo para emprender. No temas fracasar, teme no aprender nada de ese fracaso. Las caídas te hacen más sensible, más perspicaz. Míralo así: jamás llegarás completo al éxito ni te sentirás totalmente seguro, si antes no te has dado unos buenos golpes: nadie aprende a caminar sin haberse caído muchas veces. Así que, si hoy te sientes fracasado, alégrate, tienes una valiosa motivación. Será el primer escalón a tu libertad. Te lo aseguro, te lo puedo firmar sobre piedra, mañana me dirás: "gracias a Dios pasé aquel duro momento, o no tendría ni valoraría nada de lo que tengo hoy".

Mis mayores orgullos en esta vida, mis tesoros emocionales, están contados en fracasos, no en triunfos: saber que perdí todo una y otra vez, y que cada vez me levanté con mayor energía, me ha hecho más fuerte, más seguro y más feliz!

Primero lo primero ¿Por qué decidí dejar de cantar y convertirme en un emprendedor?

MANUAL del eterno EMPRENDEDORWhere stories live. Discover now