𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈: 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐈𝐒𝐓𝐀𝐊𝐄𝐒 𝐖𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄
Las altas y pesadas puertas del gimnasio se abrieron de par en par, dando paso a la figura alterada y preocupada de Lisa. Por detrás de ella caminaba Kian, aún sin saber qué sucedía, qué había llevado a su amiga a aquel estado de nervios. Lisa mordía el labio nerviosa mientras escaneaba el interior en busca de Jughead. El gimnasio estaba mucho más lleno de lo que había imaginado. Creyó que llegando que llegando antes de la hora de comienzo lograría encontrar a Jughead y advertirle de lo que sucedía a tiempo, pero no fue así. Las luces azuladas de los cañones que colgaban del techo del gimnasio estaban encendidas y apuntaban al centro de la pista, donde se hallaban un par de parejas bailando al son del silencio. Al fondo, apartadas y pegadas a las gradas, se encontraban las mesas en las que se habían organizado las bebidas y los aperitivos.
—Espérame aquí. Tengo algo que hacer —murmuró Kian antes de separarse de ella.
Caminaba en dirección a esas mesas con una mano hundida en el interior de su chaqueta. No tardó en volcar el contenido de su petaca sobre uno de los cuencos de ponche. Se sirvió un vaso y le dio el primer trago observando a Lisa fijamente, guiñándole un ojo en el proceso. Ella no pudo evitar reír ante la ocurrencia de su amigo. Cuando el director apareció en el plano Lisa comenzó a hacer gestos avisando a Kian, tratando de no ser descubierta. Tapando su rostro con una mano y con otra señalándole a Kian la figura del hombre a su lado. Este no entendía a lo que se refería y no fue hasta que sintió la mano del director sujetando la solapa de su chaqueta que se dio cuenta. Lisa le dio la espalda tapando todo su rostro con su pelo cuando el director buscó con la mirada por todo el gimnasio al acompañante de Kian.
Desde ese momento, Lisa tuvo que continuar la fiesta sola, pues Kian había sido arrastrado por el director hacia su despacho. Él, lejos de parecer preocupado, se reía mientras se despedía de Lisa lanzando besos.
La chica caminaba en círculos por el gimnasio buscando a Jughead, pero no hallaba ni rastro de él. Había podido divisar la figura de Betty al fondo, acompañada de Kevin, pero no había ni rastro de Veronica. Probablemente aún no hubiera llegado, o estuviera reunida con la señora Cooper preparándose para su misión detectivesca. Tras casi quince minutos caminando sin rumbo, bailando sola y pensando en qué sería lo primero que le diría a Jughead después de tanto tiempo sin hablar. Se sentó en la primera silla libre que encontró y comenzó a jugar con los bordes del mantel.
No tenía ni idea de lo que Veronica tenía pensado hacer, y eso la asustaba. Tenía miedo de que pudiera herir a Jughead, y se odiaba por estar tan preocupada. Aquel chico le había hecho mucho daño, más del que podría imaginarse, y aún así allí estaba, en un baile al que ni siquiera quería acudir, mordiéndose las uñas temiéndose lo peor. Antes de que pudiera continuar torturándose a sí misma con sus propios pensamientos, el chirrido de la silla a su lado siendo arrastrada la hizo volver a la realidad. Un par de ojos claros la observaron en silencio. Lisa se mordió el labio nerviosa.
—¿Qué haces aquí?
—Debería preguntarte lo mismo. Pensé que no te gustaban este tipo de bailes.
—No me gustan. He venido a encargarme de un asunto urgente.
—¿Y has venido sola? —Lisa lo miró a los ojos con una ceja alzada, sabiendo por dónde iría la conversación. Inclinó la cabeza y dejó escapar una risa seca.
—No, Kian me acompaña, pero ha tenido algunos problemas y el director se lo ha llevado.
Jughead asintió en silencio. Mantuvo los ojos fijos en el suelo mientras se mordía el interior de los carrillos en busca de las palabras perfectas para expresarle lo que quería a Lisa. Pensaba aprovechar aquella oportunidad y arreglar las cosas de una vez por todas.
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BURNING RED » jughead jones ✔
Fanfikcebut loving her was red, oh red BURNING RED Un alma con labios rojo cereza y ojos oscuros como la misma noche ha llegado a Riverdale. Lisa Brook, de segundo nombre Problemas, parece decidida a impedir que su pasado arruine su presente, pero ¿ser...