Parte 3

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Desde hace más o menos dos meses Ilse empezó a decir que se iba a encontrar con Amrei.


Tres o cuatro veces por semana me hablaba de ella.


Decía que estaba muy contenta de haberse reconciliado con Amrei porque ella era mucho más


madura y graciosa que todas las demás vacas estúpidas de su clase.


Amrei fue alguna vez amiga de Ilse, cuando Ilse estaba en su antiguo colegio.


Ahora Amrei entró en un colegio de monjas. Algo así como un Sagrado Corazón de Nuestra Señora


de Sion. Un colegio con muchos empleados y mucha religión.


Ilse me contó que se encontró coincidencialmente con ella. Primero no sabía de qué hablar, pero


después fueron a un café y comieron helado de vainilla; fue entonces cuando Ilse se dio cuenta de lo


simpática y agradable que Amrei seguía siendo.


Ilse me advirtió que no le dijera nada a mamá acerca de su encuentro con Amrei, sencillamente


porque mamá no se resistía a Amrei.


-Claro que no -le dije a Ilse-. Eso sucedió hace tiempo. Mamá no se puede acordar tan bien de


Amrei.


-Sí, sí -aseguró Ilse-. Hace poquito mamá dijo que Amrei era el ganso más estúpido con el que se


había topado.


Por supuesto le juré a Ilse que no diría ni una palabra sobre ella ni sobre Amrei ni tampoco sobre sus encuentros.


Ilse me hablaba de Amrei con frecuencia. De cómo había estado con ella en un café y habían


comido helado e ido al cine.


Recientemente me sorprendió el hecho de que Ilse mantuviera a Amrei en secreto. Le pregunté por


qué Amrei nunca la recogía, pero no me puedo acordar cuál fue su respuesta.


Y luego, hace ya tres semanas, sucedió algo terrible en casa.


Fue un sábado. Ilse dijo que se iba al cine con muchos amigos; que casi toda la clase iba y que a las


diez regresarían.


Mamá le ofreció irla a recoger en el auto, pero Ilse le explicó que no era necesario. El papá de Evi


las llevaría y las dejaría de vuelta en casa.


Ilse no llegó a las diez. Y eran un cuarto para las once y luego las once e Ilse no llegaba todavía a


casa.


Mamá llamó a los padres de Evi. Ya dormían y estaban un poco sobresaltados. La mamá de Evi dijo


que no sabía nada de ningún cine y que Evi ya estaba acostada hacía rato.


Mamá se disculpó y dijo que todo era un malentendido. Entonces mamá y Kurt se sentaron en el


comedor. Hablaban poco. Cada diez minutos comentaban la hora. Y Kurt dijo un par de veces:


-¡Así no funciona! ¡Así no funciona de ninguna forma!


-No podemos permitirle esto -murmuró mamá-. Si la dejamos ir más lejos, entonces ya será


demasiado tarde.


Me fui a acostar. La puerta de mi habitación estaba apenas ajustada y podía escuchar todo. Traté de

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