Me desperté de mal humor.
Dormí muy mal. El juez que casaba quinceañeras se me apareció en sueños. Tenía un enorme
martillo en la mano que hacía girar en círculos, e Ilse y yo nos escondíamos de él en un armario. El
juez nos encontraba y nos atrapaba. Luego dejaba caer el martillo y me caía en las cejas y me dolía
muchísimo. Después me levanté y sudaba, y al mismo tiempo tenía muchísimo frío. Me volví a dormir
y apenas me dormí, el juez estaba allí de nuevo.
Cuando Oliver me despertó a la mañana siguiente, estaba contenta de poderme levantar.
-Papá dice que mamá está todavía en la cama y que se levantará más tarde -dijo-. Yo debo estar en
silencio para que mamá pueda dormir -me explicó Oliver susurrando.
-¿El baño está desocupado? -pregunté.
-Papá está allí, pero sólo se rasura.
-¿Y la Trabajadora Social?
-¿Quién? -él no sabía que yo llamaba a su abuela Trabajadora Social.
-La abuela -dije.
-Se fue a la panadería.
Me levanté.
La bata de Kurt estaba todavía en mi habitación.
-Papá ya está vestido -dijo Oliver.
Me fui con la bata al baño.
Quería hablar con Kurt. Tal vez Alí Babá estaba equivocado. Tal vez yo debía hablar con alguien
acerca el propietario gordo, de su hermano, del BMW y de Ilse. Tal vez así podría dormir mejor.
-Aquí está tu bata, Kurt -dije, y abrí la puerta del baño. Kurt estaba desenchufando la rasuradora
en ese momento.
-Gracias, tesoro -dijo-, pero ya acabé.
Colgué la bata en la percha.
-Ya puedes entrar -murmuró Kurt y se echó en la cara colonia para después de afeitar.
Yo dije.
-Oye. Kurt.
Kurt dijo:
-Mamá duerme todavía. Tiene los nervios destrozados y sería bueno que no la despertáramos.
Kurt dijo eso con tanta preocupación, que pensé que había hecho las paces con mamá. Cuando
pelean se reconcilian casi siempre durante la noche.
Asentí y dije de nuevo:
-Oye, Kurt...
Kurt dijo:
-Oye, estoy de prisa. No puedo esperar a que mi distinguida madre regrese de la panadería. Dile
que desayunaré en el periódico.
-¿Por qué debes irte tan temprano?
Kurt se echó en la cara una crema que mamá le había regalado de cumpleaños.
- Tengo que escribir algo. Debí haberlo escrito ayer. Quería hacerlo ayer por la noche en casa, pero
aquí no se puede trabajar. Y debe estar listo en la tarde.
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Por favor, vuelve a casa
Teen FictionPor favor, vuelve a casa es una novela emblemática de Christine Nöstingler, impacta nuevamente con su emotividad y su potencia narrativa en este relanzamiento. Ilse, una adolescente de 14 años, decide escapar junto a un hombre. Deja atrás a su madre...