Los Risos De Venus.

♧ Capitulo 2 ♧

♡ Reiju ♡

—Entonces nos vemos ahí a las...
—Las cuatros y media ¿está bien?
—¡Sí! Es perfecto.
—¿Por qué lo dices?
—Por nada — Titubé.
—Tontita, nos vemos al rato. Bye — Colgué el teléfono y salté en mi cama, abracé mi almohada y canté a todo pulmón una canción que pasaba por mi cabeza desde hace unos días.

You're just too good to be truth~

Can't take my eyes off you~

You feel like heaven to touch~

Iría a ver a Nami en el parque y me emocionaba mucho, la vería envuelta en prendas de colores vivos, su cabello sujetado en una coleta con su flequillo colgando en su frente, piernas de seda descubiertas y su sonrisa luminosa, hacía varios días y no teníamos una pequeña salida de chicas... Sería desde que empezó a salir con Sanji.

Ese estúpido suertudo.

-El me aceptó.

Recuerdo ese día con mucho dolor, jamás pensé que llegaran a ser algo formal y menos que Nami se le declarara de esa manera... mi Venus con un bastardo y mujeriego como Sanji. Todos mis hermanos eran bastardos pero más él, por quitarme al amor de mi vida.

Hice un pequeño berrinche en mi cama y me paré a buscar un lindo vestido.

Extrañaba a Nami porque la sentía distante, la sentía más lejos de mi órbita y eso me hacía llorar. A veces odiaba ser así de sensible cuando se trataba de ella.

I wanna hold you so much~

At long last love has arrived ~

Me miré al espejo de cuerpo completo por unas diez veces, tenía amarillos, unos jeans negros, manera blanca Lisa y una chaqueta negra. Salí del apartamento no sin antes dejarle una nota a Vivi.

Caminé porque no quería gastar mi preciado dinero, necesitaba ahorrarlo para ese hermoso vestido que ella quería. No tuve tiempo ni de sentarme porque había llegado cinco minutos atrasada.

"¿Y así quieres impresionarla Reiju?" Me reclamé lo tonta que era. Lo enojada que esta a conmigo mismo en ese momento.

—Reiju — me abrazó con cariño y sin querer me permití ilusionarme un poco, creer que me abrazaba con este cariño porque me amaba, porque me extrañaba, porque yo lo era todo para ella pero bien sonaba en mi cabeza que  sólo lo hacía como una simple amiga, recordé que el enamorado interpreta de muchas maneras una acción fútil. Era psicología básica.
—Hermanita — Exploté interiormente al escuchar a Sanji —, hace mucho que no nos vemos — me acarició el cabello cuando me separé de Nami y sólo hice una mueca ante su presencia.
—Idiota, vamos en el mismo colegio y nos vimos ayer — aparté su mano y volví a abrazando a Nami. Lo bueno de ser amigas era que podía abrazarla sin que ella interpretara otra cosa o sin que mi hermano sospechara.
—Como sea — Tomó del hombro de otro chico que estaba escondido atrás de él — por cierto, quería presentarte a mi amigo Law, es un chico bueno y tal vez se puedan conocer mejor — dio un empujón a su amigo haciendo que se acercara a mí. Alto, ojeroso, delgado, sin duda no esa mi tipo. Ningún chico era mi tipo.
—¿Esto es una cita doble? — miré con rencor a Sanji y después vi a Nami con cara de traición. Me sentí utilizada y eso me dolió mucho, pude haber golpeado a Sanji, pude haberme ido de ese lugar pero no lo hice, pude tomar la decisión de olvidar a Nami pero, no lo hice, no lo hice porque al ver su cara de felicidad me removía algo y no quería verla triste o enojada. Sólo me quede para verla reír.
—Así es —dijo mi hermosa pelirroja con una voz de picardía, le gustaba verme enojada.

Aquella tarde la pase mal, sólo había intercambiado unas cuantas palabras con Law y sólo para pedirle un poco de sal. Tampoco era como si él quisiera hablar, él también la pasó fatal ese día, se veía la tristeza en sus ojos. Me recordó a mí de cierta manera.

Cuando estábamos a punto de despedirnos solté un suspiro de alivio, no me venían bien las citas con chicos, chicos que no conocía y más si eran amigos de mi hermano, esos siempre eran raros o idiotas o frívolos. Claro que a excepción de Nami.

Estaba dando unos cuantos pasos para irme a casa pero unos brazos me rodearon. Me asusté un momento porque pensé que iban a asaltarme pero el aroma a fresas me dejó desconcertada.

—Gracias Reiju — me susurró y plantó un beso en mi mejilla, que se encendió al instante, cuando sentí sus labios suaves pintados de color rosa de palo. Escuché sus tacones a lo lejos y me paré a pensar un poco.

Toqué mi mejilla con felicidad y me abracé a mí misma, sintiendo cada nervio de mi cuerpo revivir el momento.

Después de todo, aquella tarde no había sido tan mala.

Mi planeta favorito había acariciado mi órbita con  su gravedad.