♧ Capitulo 7 ♧

65 7 1
                                    

♡ Reiju ♡

—¡Catorce mil novecientos! — salté de la silla y bailé algo improvisado.

Las chicas se acercaron a abrazarme con fuerza.

—Espero y valga la pena esos seis meses trabajando duro — dijo Jewerly desde lejos mientras seguía comiendo algo que agarró del refrigerador.
—Lo valdrán... siento que será así — guardé el dinero de nuevo con una sonrisa pequeña, de satisfacción.
—Hay que celebrar esto ¿no? — !mencionó Vivi mientras iba a por algo de comida al refrigerador. Al final de este día quedaríamos sin nada qué comer porque habían asaltado la nevera.
—¿Estás segura de ello? — la de ojos ámbar me picó con su dedo una mejilla. Ella era la que más me había insistido en dejar todo esto.
—¿Con ello?
—Ya sabes... — enredó su dedo en su pelo verde De que ella te acepte.
—Creo que ya no importaría, no pienso seguir guardándome esto — le pegue quedito en su hombro.
—Reiju, eres muy estúpida.
—A veces el amor te hace estúpido por ratos.
—Entonces deberías dejarlo — miró a Jewerly, aquella peli rosada que le había robado el corazón a una chica de hielo.
—No, ya no puedo.

○○○

Reiju.
Nami, tengo que decirte algo... hoy en la noche si se puede. Es muy importante.

16/06/2013

Venus.
Pues estás de suerte, Sanji no ha aparecido por ninguna parte.
¿En dónde y a qué hora?

16/06/2013

Reiju.
Quiero que sea en el parque que está en el centro a las... 8:10 pm. ¿Está bien?

16/06/2013

Venus.
¡Claro! Te veré ahí ♡ nos vemos al rato, Reiju.

16/06/2013

Reiju.
Bien :3

16/06/2013

○○○

Preparé el vestido es una hermosa caja decorada con papel rosa y puntos blancos, un moño plateado en medio. Preparé mi mejor vestimenta y un papel que iría repasando en el metro.

Mi declaración o mi carta de muerte.

Esta vez me daría el lujo de ir en metro, mis pies lo agradecían, creo que deberían de darme un premio por ir caminando a todas parte con tacones, uno muy grande.

Tenía la esperanza de que este día algo pasara, algo bueno, muy bueno. Después de todo, Nami me ha dado ciertas señales que me las interpreto de una manera, que tal vez, no pueda ser esa. Me ha dado ciertos besos y caricias que en verdad no sé si interpretarlas de esa manera. Debo admitir que a veces me confundía. A veces me trataba de una forma más especial, besos o caricias que me estremecían y a ella las mías y de repente era cortante, grosera y burlona.

Llegando a la estación empecé a sentir frío, mis dedos estaban congelados, era por nervios, mi cuerpo se ponía frío y me molestaba porque no dejaba de temblar.

Llegué temprano pero aún así ella ya estaba ahí, sentada mientras veía su celular.

Me acerqué lentamente, escondiendo el regalo detrás de mí para que no lo viera. Le besé su mejilla a sus espaldas y ella dio un brinco.
—Me has espantado — rió por lo bajo.
—Sí, disculpa — se paró de la banca.
—¿Y bien? ¿qué es eso tan importante que tienes que decirme? — me sonrió.
—Bien — suspiré un momento —, Nami — tomé su mano y la acaricie con mi pulgar. "Tranquila Reiju, tú puedes" —, mira, desde hace tiempo, mucho tiempo, cuando tenía quince años, te ví por primera vez en una fiesta, tal vez tú no te acuerde de mí porque no me viste pero desde ese día te había estado buscando por tierra y mar, me tardé,  te busqué toda la preparatoria y cuando te vi entrando por la puerta de la Universidad casi me desplomaba... Te había estado buscando por tres años porque me gustaste demasiado. Me había enamorado de ti y... Cuando te fui conociendo sentí que te amaba más, porque todo de ti me era perfecto, porque sentí que tú encajabas perfectamente en mi sistema planetario — su cara estaba de un color rosado y el mío hecho un tomate —, sé que estás con mi hermano y sé que no le harías nada para lastimarlo pero... quiero que me digas si estás dispuesta a ser mi mundo, mi encantadora Venus — mi mano estaba temblando, no había soltado la de Nami en ningún momento.
—Yo... — apartó su mano de la mía, ahí fue cuando me dí cuenta de que toda posibilidad era obsoleta, un simple chiste mal contado. Sentí que me estaba desperdigando junto al viento, sintiéndome polvo de estrellasFue muy lindo que me estuvieras buscando todo este tiempo y que me amaras de esta manera pero No... No estoy segura, jamás me ha interesado ninguna chica... yo, no sé.

Sentí que la furia me invadía y dejaba a un lado mi terrible pesar.

—Entonces por qué me habías besado en el auto la noche de la fiesta, por qué me habías besado de una manera intensa después de esa semana — aún no comprendía lo que me decía después de habernos besado tantas veces, yo me perdí, creo que olvidé leer el contrato.
—Es que no sé, tal vez sólo quería experimentar y pues... tú no te oponías — retrocedió un paso —. Realmente lo siento por... Hacerte ilusiones — abrí mis ojos lo más que pude, aún no creía que esa fuera Nami —, pero podemos seguir siendo amiga, a mí no me preocupa — bajó su mirada —, perdón, ya tengo que irme — tomó su rumbo y se fue, me dejó sola, con mis sentimientos volando.

Tragué saliva y caminé hasta topar con una pared en un callejón.

Vi el regalo que todavía tenía en mis manosNo se lo dí — me aferré a él, encajando mis uñas en el papel delgado, destrozándolo como a mi corazón.

Jamás me había sentido tan decepcionada de mí.

Tan sola.

Los Risos De Venus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora