♧ Capítulo 6 ♧

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♡ Reiju ♡

No me mandó ni un mensaje al día siguiente, ni el siguiente de ese.

Temí lo peor.

Y me desmoroné todas las noches en pensar eso.

Al estar en la escuela me evitaba, no me miraba y cuando lo hacía me ignoraba. Traté de hablar pero no hubo respuesta... ella siempre estaba con Sanji, siendo muy melosa y en mi cara.

No volvimos a hablar y eso me bajó de un golpe de mi nube.

○○○

—Ella debería de sentirse mal, ella te sedujo — habló enojada Monet.
—Tiene razón la lechuga, pero habla con ella, tienes que saber por qué lo ha echo.
—Lo intento pero me evita, no contesta mis mensajes y mis llamadas... ya no sé qué hacer.
—Habla con ella a la fuerza.
—Creo que lo intentaré.

○○○

La seguí todo el día y aguanté mis lágrimas al verla tan feliz en los brazos de Sanji.

Cuando se despegó para ir a comprar algo me acerqué decidida, con los dedos temblando, a tomarla por la mano y llevarla a un lugar privado, sin escuchar sus quejas.

—¡Reiju! Me estas lastimando, suéltame por favor — trataba de ir a mi paso.

La solté hasta estar afuera de los salones, en la parte trasera.

—Ya, ahora dime por qué me ignoras.

Yo... yo no te ignoro — apartó la mirada de mis ojos.
—Claro que sí — la miré con enojo, con decepción, con tristeza y amargura, eran un huracán mis ojos — ¡Te llamo, no contestas!, te mando un mensaje y de igual manera no me contestas. ¡Trato de hablar contigo pero pasas de largo o simplemente me dice que luego hablamos y jamás lo haces! — se recargó en la pared, cruzó sus brazos y y suspiró.
—No sé como verte...
—¿A qué te refieres? Puedes verme con los ojos, de la misma manera en la que lo hacías todos los días.
—Mira... Reiju, esa noche me porté muy... atrevida — me miró con vergüenzaNo sabía lo que estaba haciendo, tal vez sólo quería experimentar pero no sé de qué manera me viste esa noche. Y temo perderte.
—Nami — me acerqué a ella y rocé su mano —, tú te estás alejando, no yo —  le pellizqué la mejilla y me atreví a darle un beso cerca de sus labios con un sonrojo fuerte.
—Lo... Lo siento — me abrazó y sentí su pequeño cuerpo temblar entre mis brazos, tan indefensa y tierna. Un hermoso momento que me gustaba, que me hacía sentir más de lo que decía.

A veces ella me hacía volar, me hacía atravesar por constelaciones, cuentos de hadas y en un parpadeo podía llevarme a un agujero negro, llenarme de espinas y dolor. Pero aún así, mi yo masoquista lo amaba, sentir esos momentos intensos que me destrozaban.

Me hacía llorar noches.

Pero también reír por meses.

Los Risos De Venus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora