Los Risos De Venus.

♧ Capítulo 3 ♧

♡ Reiju ♡

—Entonces besó tu mejilla ¡eeh!
—Sí, fue lo más hermoso que me pasó ayer —suspiré profundo, casi sacando corazones.
—Jajajaja anda rompe corazones que se nos está haciendo tarde para ir a la escuela — me aventó un trapo a la cara y se fue corriendo la cobarde a su cuarto.

Lo puse en la mesa y me hundí en la silla, me sentía muy perdida y demasiado tonta, me había ilusionado tanto con ese beso que ya podía visualizar nuestra boda; Sanji llorando en un rincón y pidiendo a Nami que regresaran y ella rechazándolo mientras me besa tiernamente. Mis hermanos como los esclavos que son atendiendo a los invitados y mi padre fuera de la fiesta, era perfecto, tendría un hermoso vestido mi Venus, uno qué resaltara sus ojos. Estaba gritando internamente. Llenándome con cuentos rosados a sabiendas de que nada era así. 

Me levanté con ánimos y me vestí lo más rápido que pude.

Lo malo de estar imaginando cosas tan lindas era que el tiempo no lo respetaba, no podía ser paciente con uno.

○○○

Nami parecía más animada de lo normal, está en las nubes pensando de seguro en cosas que me desagradaban y me herían al mismo tiempo.

—¡Hey Nami! — codeé su brazo ya fastidiada de que no me hiciera caso en lo que le decía mientras caminábamos por los pasillos de la escuela.
—¡Reiju! No hagas eso — me miró con un puchero. A veces, por las noches, en aquellas en las que no podía dormir, pensaba en sus defectos y quería transformarlos en cosas horribles, cosas que no me gustaban pero, por accidente, terminaban gustándome más. 
—Perdón señorita "estoy en la luna pensando en quién sabe qué cosa".
—Yo no estoy en la luna — me codeó.
—¿Quieres una pelea, bella dama? — le apunté con mi pistola improvisada de dedos.
—Jajaja sería todo un honor, linda — Estaba a punto de hacerle cosquillas pero en un parpadeo ya había desaparecido. Ya estaba en los brazos de Sanji, dándole mimos y cosas asquerosas, compuse mi postura y acomodé mi cabello mientras veía a esos dos, colores primarios y secundarios llenando el lugar.

Caminé con los brazos cruzados lentamente, fruncí mi ceño, tanto que sentí que se me paralizaría la cara y así me quedaría hasta morir.

Me quedé parada viendo a mi estúpido hermano besarle las mejillas y la nariz con un sonrojo ridículo. Le tenía mucha envidia, tanta que deseaba ser él, la tenía fácil... le gustaban las mujeres y sólo por eso ya podía tener una casa propia y el dinero de papá cada quincena... Le estaba servido en bandeja de plata. A veces parece que lo odio... que no lo quisiera como mi hermano pero no era así, lo quiero mucho, siempre me apoyó pero sentí como una pequeña traición cuando decidió fijarse en Nami, chica de la que me había enamorado antes que él.

Había cruzado galaxias sólo por hablar con ella. La busqué como loca y cuando al fin la encuentro él me la arrebata.

Sentí una mirada externa viniendo de enfrente. Aquel chico de la otra vez estaba parado con cara de disgusto viendo mis ojos. Se veía que a él tampoco le agradaba esta situación, tal vez le incomodaba.

Aparté mi mirada que ardía por el repentino sonrojo.

Law es listo. Adivinó mis intenciones con Nami pero, no era fácil descifrarlo a él. 

Chicos duros y fríos no son lo mío.

Volví a mirar a Nami que estaba a punto de besar a mi hermano, ya los había visto así pero no podía superarlo rápido. No cuando siempre habla de lo hermoso que es estar con él.

Tal vez fue mi cara de disgusto el que hizo que Law tosiera para detenerlo, le debía una a ese chico.

Después de las despedidas y las terribles clases de ese día regrese a casa triste, cosa ya normal en mí.

Me desvestí y me quedé sólo con una playera larga, me metí en mis sábanas y empecé a imaginar un futuro con Nami, sí, porque no podía pensar que eso sólo me haría un poco más infeliz en la realidad aunque por un lado positivo, en ese futuro imaginario ella estaba conmigo y era feliz y yo también.

Y me quedé despierta.

Suspirando estrellas.