#LluviaDeSuegros
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#TeamFer
Presente
Como era de esperarse se programó una cena de compromiso por todo lo alto. Esto era indispensable para mí, por el hecho de ser observada interactuando de manera feliz con Fernando, y para mí familia, simplemente por guardar las apariencias.
En mi familia lo que importaba era lo que la gente veía por fuera, la grandeza, la riqueza, la unión y el supuesto amor. Mis padres por su puesto que no creen en el amor, de hecho su unión fue una cosa desastrosa y obligada, por suerte existo solo yo como la primogénita. Pobre de mi vida si tuviera un hermano o hermana, el sufrimiento sería aún peor.
-Hermosa.-La madre de Fernando era una señora de cabello corto y claro, mirada acuosa pero de rasgos serios y duros. Me intimidaba un poco pero estaba segura que no era una persona mala, no como mamá.
-Gracias...- Miré mi vestido largo, era azul oscuro de tiras y con un montón de piedras brillantes que lo hacían lucir como una noche estrellada, nada demasiado exagerado. Se pegaba perfectamente a mi figura y aunque me sentía totalmente hermosa en él, solo quería que una persona me viera usándolo, pero eso ya era imposible.
La madre de Fernando me dio una repasada más larga y terminó por explorar mis ojos, intenté con toda mi fuerza sostenerle la mirada pero simplemente no pude. Aquella mirada la conocía, era acusadora y ella no estaba nada feliz. Tragué gordo, sintiendo unos nervios nuevos ¿qué pasaría si ella impedía esta unión? Volvería a casa totalmente avergonzada y sin poder salir de ahí.
No me imagino lo que eso desataría en mi padre y todo lo que tendría que pagar además de que toda la culpa caería en mi madre. Ella fue la que hizo todo esto posible en cierto modo agradezco que lo hiciera por mí, gracias a ella podré salir de casa, no por todo lo alto o con el orgullo que quisiera, pero sería un paso agigantado en mi vida. Libertad.
-No estoy de acuerdo con todo esto, quiero que lo sepas.- Soltó de una sola vez. A pesar de parecer una persona en extremo dulce su voz era increíblemente fuerte y segura. No era como la de mamá. Ana, mi madre, tenía una voz llena de miedo.-Pero si mi hijo cree que así tendrá un matrimonio feliz y duradero lo dejaré ser.- Bueno eso quizás tiene un poco de sentido, creo.
-Esperemos que así sea...-Respondí con toda la calma que no sentía en mi ser. Mis ojos siguieron la espalda de papá que se dirigía directo hacia mi madre, quién estaba estirada y visiblemente incómoda; aunque eso lo sé porque es mi madre, pero alguien que lo vea de lejos no pensaría eso.
-¡Pero vaya señorita!-Mis ojos se abrieron cuando vi al hombre que me daba un abrazo y que solo conocía por haberlo visto en la tele. La madre de Fernando se alejó solo un poco mientras nos observaba.
-Esto es todo un placer. De verdad que sí.- Estaba entusiasmada y en mi voz se notaba. Tenía al mismísimo Don Fernando frente a mí, era toda una leyenda de la música.
-Basta, basta. El placer es mío... Ya veo que mi hijo eligió bien.- No pude evitar sonrojarme. Los cumplidos sinceros, dichos de esta manera tan casual eran los que de verdad importaban.-¿No lo crees?- Don Fernando tomó la mano de su ex mujer y la besó como saludo. Ella la apartó rápidamente.
-Preciosa.- Me guiñó un ojo y se fue de ahí. Sabía que no era mala y solo estaba dando a conocer su punto de vista. Apoyaba a su hijo pero no le gustaba está idea. Si yo fuera ella también pensaría igual.
-Vamos.- Don Fernando me ofreció su brazo y comenzamos a caminar por el lugar.-Hay algunos de la prensa quiénes querían la exclusiva.- señaló algunos fotógrafos que no perdían detalle de nada y me repasaban en todo momento. Me concentré en tener un pose elegante al caminar para que no me capturaran encorvada, ahí sí que le daría el patatús a mi madre.-Unas pocas personas de la familia...no somos muy unidos.-Explicó, aunque en su voz no parecía molestarle aquello.
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Desesperado Deseo
RomanceA Daniela García siempre le enseñaron cómo debía ser su vida, por dónde debía caminar y de qué manera tenía que hablar. A Daniela García le indicaron su modo de vestir, actuar, incluso pensar. Ella estaba destinada para algo grande y lo sabía, así c...