Capitulo 2

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Renisemb regresa de comprar le los medicamentos a su padre, al llegar a su casa llama a la concubina de su padre, pero nadie atiende a su llamado, extrañada comienza a caminar y a examinar la casa pero se da cuenta de que se encuentra sola, entra en su habitación y deja lo que compró en un secreter y tomó una carta que había sobre este, abrió el sobre y comenzó a leer el contenido de la carta, emocionada, llama a que le preparen un carruaje, diciendo que iba a salir al pueblo.

– ¿Crees que tardemos mucho en llegar? –Dijo Renisemb con amabilidad–

– No señorita, ya no hemos de demorar mucho –Respondió el criado–

– Pues–Respondió–apresúrate, me están esperando.

Sentado en una banquetilla del parque se encontraba James Lázarus –el joven Lázarus era un chico elegante, de ojos y cabellos oscuros,contaba con gran altura y era ancho de hombros, a diferencia de Jhulius, James era un chico caprichoso y en ocasiones egoísta, aun así contaba con una buena educación y modales intachables–

–¡Oh!Lázarus –Dijo Renisemb– vine apenas leí tu carta, no podía creer que estuvieses en el pueblo nuevamente, es una agradable sorpresa.

– Renisemb,querida–Respondió James– te he extrañado mucho, no podía pasar un día mas sin escuchar tu dulce voz.

– No continúes con las adulaciones James –Dijo Renisemb– veo que no has cambiado en absoluto, ni siquiera te muestras agotado por el viaje.

– Renisemb, no tengo tiempo para andar descansando, apenas voy llegando a Inglaterra, hay muchas cosas que quiero hacer contigo antes de...–James consulta su reloj de bolsillo– que tarde es, son las una menos diez, es hora de comer, llamaré al capataz para que venga con el carruaje, antes devenir avisé a una de las criadas para que preparara dos platos, ven conmigo.

– James–Dijo Renisemb– disculpa, no puedo, tengo que volver a mi casa,mi padre está solo,fue una estupidez venir aquí y dejarlo en esa condición, lo siento.

– No te preocupes Renisemb–Respondió– de seguro la Sra. Wood cuida de él

– No, Jaqueline no estaba cuando salí para acá.

– De seguro ya habrá llegado –Insistió Lázarus– acompáñame,después de todo, es normal que vayas a comer con tu prometido, ¿no crees?

– Si James, tienes razón–Dijo ella resignada– de seguro Jaqueline ya habrá llegado ella sabe como cuidar de mi padre.

– Se nota que quiere a tu padre –Dijo James– sus sentimientos parecen sinceros, y ¿los tuyos?

– ¿Los míos qué?–Respondió ella con asombro–

– ¿Tus sentimientos son sinceros, Renisemb?

– Sabes que adoro a mi padre –Respondió– no se siquiera porque lo preguntas...

– No era eso a lo que me refería, Renisemb, quiero que te cases conmigo,se que teníamos mucho tiempo sin vernos, pero te amo con locura, quiero pasar contigo el resto de mis días.

– James... –Respondió–lo siento, mi padre está muy enfermo aun, no estoy en condiciones de estar celebrando una boda en estos momentos.

– Lo entiendo perfectamente–Dijo Lázarus resignado– tendré que esperar a que tu padre mejore, espero que sea pronto.

– También lo espero James,también lo espero...– estas últimas palabras desvanecieron en el aire y trajeron consigo un silencio que James no soportó–

– Está bien Renisemb –Dijo para acabar con el silencio que tanto le incomodaba– ¿vamos a comer?

– Si James, te sigo –Una vez dicho esto abandonaron el parque en el que se encontraban–

Al entrar a la casa de James Lázarus, Renisemb notó que tenía una casa muy grande, al estilo de una finca mejicana, tenía una gran pasarela y en medio de un jardín enorme rodeado por arboles, se encontraba una fuente de mármol la cual la punta era adornada con una figura de mármol con la figura de un pez, una pared larga iba en dirección a una puerta grande, al entrar en la sala principal se podían divisar una serie de pilares de mármol al estilo de una catedral renacentista y una escalera que le hacía juego, en las paredes habían lámparas y pinturas, y adornando los rincones habían unas mesitas con jarrones llenos con unos preciosos arreglos florales.

– Está hermosa tu casa Lázarus –Dijo Renisemb casi atónita–

– Gracias,mandé a decorarla para tu llegada –Dijo James– pasemos directamente a al comedor, ya la mesa ha de estar servida.

Al sentarse, enseguida llegaron unos sirvientes con diferentes platillos listos para ser degustados, en eso, entró casi corriendo una chica muy joven, de aspecto algo soso, llevaba puesto el uniforme de los sirvientes de la casa, ella traía consigo una carta dirigida a Lázarus.

– Sr. Lázarus –Dijo la chica de apariencia sosa– llegó esta carta para usted, dice que es urgente.

– Está bien Clarise –Dijo James– tráeme la carta, Disculpa Renisemb–Dijo volviendo su rostro hacia ella–

– No te preocupes –Dijo ella– léela, por mi no hay problema alguno.

James Lázarus comenzó leyendo la carta con una sonrisa, como si la persona que la hubiera enviado sea de su total agrado, luego la expresión de James cambió totalmente, estaba atónito, como si el alma se le hubiese salido del cuerpo, se quedó mirando a Renisemb fijamente, su rostro aun sin expresión alguna,logró pronunciar una palabra, dijo "Renisemb".

–Ella lo miró fijamente y le dijo– ¿yo que? ¿a que te refieres?

– Renisemb–Dijo James– tu tía en Egipto acaba de fallecer.

Renisemb recordó que fue esa misma tía la razón por la cual ella tuvo que cancelar su viaje de placer para poder verla, porque le había llegado una carta en la cual decía que ella estaba mal de salud.

– Pobre de mi tía –logró pronunciar después de un tiempo–

– Renisemb–Dijo James–¿no entiendes? ¡Tú eres su única heredera!



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Luis M. Pérez C.





Las Condiciones Del Sir. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora