Capitulo 6

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En el testamento del difunto Sir. Lowrens Pebsmarts había quedado plasmado que Jaqueline solo debía de heredar la hacienda, los negocios y el manejo de todas la finanzas le quedarían a Renisemb, aparte de esto solo había en este documento dos condiciones de suma importancia, Renisemb debía casarse lo antes posible, esto era para ella junto con su esposo se hicieran cargo de todos lo bienes heredados según lo plasmado en el documento; la otra condición era que Renisemb debía comprar una propiedad lo suficientemente grande como para sacarle una buena ganancia, lo que se gane de esta propiedad seria invertido en la crianza y el desarrollo de sus hijos, esto mandado por el difunto padre de Renisemb.

Ella según lo pedido por su padre acepta la propuesta nupcial pronunciada por James Lázarus, en unos meses sería la boda formal, este sería el primer paso, automáticamente después, Renisemb comenzaría a buscar una buena propiedad para comprarla y culminar con lo mandado por su padre

Meses después...

Después de finalizado el pacto nupcial, Renisemb se fue a vivir a la casa de James Lázarus.

– Podremos decorar como tú quieras –Dijo James– ahora esta es tu casa también, y pronto pertenecerá a nuestros hijos.

– Si –Dijo Renisemb, ahora sin emoción alguna–

La chica alegre, aquella chica la cual poseía una sonrisa que enamoraba ya no existía, parecía haber desaparecido en el aire, Renisemb ya no tenia motivos para mostrarse feliz, su padre había muerto, estaba casada con un hombre al que no amaba y el hombre ha perdido al hombre que ama.

2

Jhulius llaga a la antigua casa Pebsmarts, una de las sirvientas le hace pasar hasta la sala de estar, esta vez Jaqueline Wood apareció antes sus ojos, este se sorprendió al verla, se levantó del mueble en el que andaba y se posicionó detrás de este.

– Esta vez no Jaqueline –Dijo Jhulius tratando de alejarse de ella–

La Sra. Wood solo lo miraba y con una sonrisa en la cara le dijo: "no tenia opción, o mejor dicho, no tengo opción" ¸recién dicho esto, una chica de aspecto común, ligeramente linda, apareció y cerró la puerta, dejando a Jhulius encerrado nuevamente, pero esta vez no estaba encerrado en aquella habitación oscura, Jhulius estaba furioso consigo mismo, no podía creer que de nuevo había caído en la trampa de esa serpiente, trató de tranquilizarse y comenzó a buscar opciones para poder escapar, e esa habitación solo habían las paredes, uno que otro mueble y el ventanal "¡Claro! El ventanal" –Se dijo Jhulius– se acercó a este y trató de abrirlo, pero este estaba cerrado desde afuera, como si todo estuviese planeado desde un principio, Jhulius agitado empieza a mirar en todas la direcciones, estaba buscando algo que le ayudase a abrir el ventanal, al ignorar lo presencia de algo lo suficientemente solido como para que le ayude a salir, comienza a revisar toda clase de muebles, en un rincón detrás de uno de estos muebles había una carpeta, parecía que alguien lo hubiese ocultado allí, Jhulius se dispuso a abrirla y se puso a leer el documento que dentro de esta había, levantó la mirada y dijo: "¡Claro! Ahora lo puedo entender todo", guardó la carpeta detrás de un chaleco que solía usar y en un arranque de adrenalina tomó el mueble en el que una vez estuvo sentando, lo levantó sobre sus hombros y lo arrojó al ventanal ocasionando la ruptura de los cristales de este, Jhulius sin pensarlo dos veces, se lanzó fuera de la casa, al atravesar el ventanal, uno de los vidrios quebrados rasgó su traje y parte de su piel, corrió por el jardín hasta llegar a la puerta de la entrada, pero

esta estaba cerrada, no había llegado hasta allí para que le detuviesen, comenzó a trepar en esta, al llegar en la cima miró a Jaqueline Wood que se encontraba en la habitación en la que hace un momento el se encontraba encerrado, seguido de esto, se arrojó del otro lado del portón

3

Renisemb se ocupaba de que todos los sirvientes estuviesen ocupados con sus labores, ésta escuchó que estaban llamando a la puerta, una sirvienta se dispuso a abrirla, era Jhulius, aun herido entra corriendo hasta donde estaba ésta, estando frente a ella le dijo:

– Jaqueline me encerró de nuevo, me las ingenié y logré escapar.

Recién dicho esto llegó James Lázarus y abrazando a Renisemb dirigió la mirada a Jhulius, es como si éste le estuviera retando, Jhulius ardía en rabia pura.

– Supongo que tú eres Jhulius –Dijo James–

Jhulius mirando a su interlocutor, y sin decir nada, lanzó un golpe dirigido al rostro de Lázarus, Renisemb no podía entender lo que allí estaba ocurriendo.

– Sal de me casa Jhulius –Dijo Renisemb finalmente– no quiero volver a verte ¿Cómo es posible que vengas a mi casa y ofendas a mi esposo de tal manera?

– Te equivocas Renisemb...–Dijo Jhulius tratando de justificarse–

– No creo que me equivoque –Repuso Renisemb entre gritos– Jhulius ¡No te quiero en mi vida! ¡Lárgate! ¡Vete de mi casa!


Las Condiciones Del Sir. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora