Capitulo 1

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-Sentado en un sillón estilo imperial de color rojo carmesí con adornos de un brillante color dorado se encontraba Jhulius Brent, joven heredero de la prominente fortuna de su familia, el joven era conocido por poseer un gran atractivo, su gran elegancia y sutileza se centraba en la combinación de su cabello dorado con reflejos rojizos en conjunto con su figura poco esbelta y su altura "Jhulius"-dijo Renisemb desde las afueras de la sala de estar - ella era una joven hermosa, su cabello oscuro adornaba su delgada figura, ya que solía usarlo hasta la cintura, no era muy alta, pero su preciosa sonrisa lo compensaba.

– ¿Tienesmucho tiempo esperándome? – dijo Renisemb –

– La espera valió la pena–Respondió Jhulius – te ves hermosa Renisemb, ¿Hace cuánto fue la última vez que te vi?

– Desde aquella vez en el yate en Egipto –Dijo ella– ¿Recuerdas que estuvimos juntos allí?Esa vez tuve que hacer una parada de emergencia – esta última frase fue pronunciada con un poco de desaliento –

– Es fácil hacerlo cuando sé es dueño del bote en el que viajábamos–Renisemb fijó la mirada en su interlocutor y luego una leve risilla salió de sus labios–

– No seas tonto Jhulius –Dijo– sabes que ese yate no es mío, le pertenece a mi padre.

– ¡Claro!Pero es obvio que algún día será tuyo, según entiendo, es una de las cosas que heredarás de tu padre –Afirmó Jhulius–

–Renisemb se mostraba de nuevo deprimida– Jhulius, no seas imprudente,recuerda que mi padre aun sigue en cama, el doctor dice que pronto estará mejor...

– Disculpa Renisemb. Lo olvidaba –Él se fijó que Renisemb de nuevo bajado la mirada–así que, dime ¿Porqué si vives en Inglaterra tu nombre de pila es extranjero?

–Renisemb le miró–¿Recuerdas que te dije que mi madre es nacida en Egipto?Pues,conoció a mi padre en una expedición en la que ambos participaron,se enamoraron y al paso del tiempo mi padre la trajo para Inglaterra y le compró una pequeña casita.

– ¿Quién diría que estamos en esa misma "casita"?Como tu la llamas... Ahora es toda una hacienda –dijo Jhulius–

– Renisemb,querida,te he estado buscando –dijo Jaqueline Wood– necesito que me ayudes con unas cosas, ¡oh! Que imprudente soy, discúlpeme Sr. Brent, no sabia que estaba de visita –Jaqueline era la concubina del padre de Renisemb, era una muy elegante, siempre llevaba el cabello de un color castaño claro y a la altura de los hombros–

– El doctor me escribió–Prosiguió ésta– me dijo que tenemos que comprarle unos medicamentos a tu padre, pero la criada tiene el día libre, así que¿Me preguntaba si tú podrías ir a comprarlos?

– ¡Claro!Mientras sea por mi padre, todo –Respondió– pásame la receta Jaqueline,disculpa Jhulius, tengo que ir.

– Entiendo,no te preocupes Renisemb –ésta tomó la receta y se dirigió a la salida– Sra. Jaqueline ¿será que puedo ver al Sr. Pebsmarts?–dijo Jhulius dirigiendo su mirada hacia la concubina–

– Claro–respondió ésta secamente–

Jaqueline lo dirigía hacia la habitación en donde se encontraba en el enfermo, mientras que iban de camino, la concubina le hacia todo tipo de preguntas a Jhulius, él respondía mecánicamente, sin darse cuenta, Jaqueline lo había dirigido a una habitación apartada,tanto, que parecía que parecía ser un anexo de la casa–esta habitación estaba decorada en matices de colores otoñales,contaba con una sola ventana, un reloj de cucú,unos sillones color ámbar,una mesita perfectamente barnizada y una que otra pintura que variaban entre retratos y paisajes–

–Jaqueline miró a Jhulius y le preguntó– ¿Qué edad tienes? Estás muy diferente que ha hace unos años, ahora te ves guapo y elegante,estas hecho todo un hombre.

–Jhuliusledirigió la mirada intentando comprender lo antes dicho por ella yrespondió–tengo 23 años –dijo– ¿me podría llevar a lahabitación en la que se encuentra el Sr. Pebsmarts?

–¡Oh!Claro,casi lo olvidaba –respondió Jaqueline mirando fijamente a su interlocutor–

Ambos salieron de la habitación, Jaqueline se dirigía hacia un pasillo largo, pero con muy buena iluminación –el pasillo estaba rodeado de pequeñas lámparas y de uno que otro candelabro colgado del techo, este pasillo estaba pintado de un color verde olivo y rodeado de pinturas de colores llamativos, en su mayoría, eran pinturas de estilo abstracto, este pasillo en particular, era diferente a el resto de la casa, daba la sensación de que se estaba entrando a un lugar diferente– al terminar el pasillo se encontraron con una puerta muy bien cerrada , Jaqueline sacó un juego de llaves y con una de ellas se dispuso a abrir la puerta, cuando se pudo ver del otro lado del portal, Jhulius se sorprende al fijarse que detrás de esa puerta no había una habitación, sino que habían unas escaleras"es raro que el Sr. Pebsmarts esté tan alejado de la sala principal" –se dijo Jhulius para si mismo– sin embargo,prosiguió en su búsqueda, tras descender la escalera mas oscuro se ponía, una puerta se divisaba al final, de nuevo Jaqueline saca el juego de llaves y abre la puerta, al abrirla Jhulius se encontró en una especie de habitación que no tenia mas que un colchón y una lámpara.

–¿Qué es esto Sra. Wood?–Dijo Jhulius– ¿A dónde me trajo?

Jaqueline con una sonrisa en el rostro y sin decir nada, cerró la puerta con Jhulius dentro.


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Luis M. Pérez C.

Las Condiciones Del Sir. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora