Un recuerdo para ti (Serie Love 15)

Fuera de casa

Owen

Tengo que centrarme. Eso es lo único  que importa ahora.

Me levanto para dirigirme a la puerta y empezar a ponerme al día con Garreth.
La amenaza seguía pendiendo sobre la cabeza de Malcom y Eva y no podía permitirme descentrarme.
Era más fácil de decir que de hacer.

Puse la mano sobre el picaporte y me detuve antes de abrir.

No podía quitarme de la cabeza a Thea abrazada a mi, ni su sonrisa, ni nada que tuviese que ver con ella.

Abrí la puerta de golpe antes de permanecer un minuto más lamentándome.

*****

Thea

Me quedé sin aliento. Ahí estaba. Le miré de arriba abajo, consciente de lo que había debajo de la ropa.

Pasando mi lengua por el labio inferior, recordé su sabor.

No podía apartar la mirada.
Era imponente.
Verle entrenar cuerpo a cuerpo con Garreth era una absoluta delicia.
Alexa era testigo a mi lado.
Habíamos venido a ver a Eva, pero tropezamos con esta visión mientras esperábamos.
Sin duda no me quejaría.

Me imagino mi propia lengua sobre la boca de él, el cuello, el pecho, el abdomen... No. No podía seguir así. Tenía que controlarme.

*****

Owen

-Hola Owen.
Un gemido escapó involuntariamente de mi boca. Me encantaba que me llamase por mi nombre, sobretodo mientras se corría.

¡Basta!

La cogí del brazo y la arrastré dentro del que era mi dormitorio allí, cerrando la puerta y arrinconándola contra ella.

En este momento lo que pudiese pensar Garreth o Lex, me traía sin cuidado.

Oculté la cara entre el cuello y el pelo de ella. Olía tan bien...

Déjala ir. Tengo que soltarla.

Pero no lo hice. La retuve contra mi.

Deslicé las manos por su cuerpo consiguiendo que ella empezase a temblar.

-Te quiero ahora Thea. Aquí mismo. Por favor.
-Vuelves a suplicar...
-Necesito saber algo. Necesito saber si después de lo de anoche...
Joder. Sabía que Adam la había llamado.
Lex no me mentiría con algo así.
Y de hecho fue ese mensaje el que me hizo ir directo a Garreth y pedirle que peleásemos.
-¿Por que no terminas esa frase?
-¿Piensas volver con él?  Sé que te llamó. ¿Te suplicó él también, Thea?
-¿Él?
-¡Ese maldito hombre a quien entregaste tu corazón!
-¿Te refieres a Adam?
-¡No te atrevas a decir su nombre otra vez!
Eso desde luego la sorprendió.
-¿Que te pasa Owen?

No respondí. Me lancé hacia ella para besarla.

Quería devorarla con todas mis fuerzas pero tenía que parar. Aquello era una auténtica locura. Yo no era así en absoluto y Thea hacia que quisiese arriesgarme sin importar las consecuencias.

Exactamente por eso mismo seguí bajando las manos hasta su cintura. Levanté la falda lentamente. Ansiaba acariciarla.

Aparté la ropa interior de encaje a un lado e introduje un dedo moviéndolo despacio hasta que ella arqueó la espalda.

-Asi cariño...

Estaba al borde del orgasmo y ni siquiera me había tocado.

Me apresuré a desabrochar el pantalón e introducir mi miembro justo a tiempo para que ella se corriese y me llevase con ella.

Mientras recuperábamos el aliento, la besé en la frente, las mejillas, los ojos, la comisura de los labios...

-¿Que me has echo?- susurré contra su boca.

Thea puso las manos sobre mis hombros para recuperar el equilibrio.

-Por favor, déjame ir.

No quería. Su sitio estaba conmigo, pero me obligué a soltarla.

Cuando nos colocamos bien la ropa, y la miré,  no me gustó lo que veían mis ojos. Parecía dolida. ¿Por que?

-Thea...
-Tengo que irme.

*****

Thea

No esperé a que él reaccionase.
Recorrí de nuevo el pasillo intentando calmarme antes de que mis amigas me viesen en este estado.

*****

Owen

Me dirigí a mi destino cuando a lo lejos vi a Malcom con Thea a su lado.

Parecía abatida y podía ver la preocupación en los ojos de mi jefe y  amigo.

¿Que le pasa?

Intenté hacer como que no les veía, pero Malcom me saludó.

-Buenos días, Malcom- pero mi mirada estaba fija en ella.
-Owen. ¿Todo bien? Garreth dice que pareces distraído.

Eso es porque pienso en ella cada maldito segundo.

-Nada de lo que preocuparse.
-Muy bien.

-Voy a buscar a las chicas. Gracias por quedarte conmigo, Malcom.
Este asintió, pero parecía realmente  preocupado por ella.
Además, ni siquiera me miraba.

Deseé cogerla de la barbilla y obligarla a que levantase esos hermosos ojos hacia mi.

Después de casi una eternidad, ella me miró.

¿Eran lágrimas lo que amenazaban con asomar por sus ojos?

Sin pensarlo siquiera avancé un paso para tocarla al mismo tiempo que ella retrocedía otro. Negó con la cabeza el tiempo suficiente como para que  comprendiese que no me quería cerca.

La vi irse y cerrar la puerta tras ella antes de que Garreth se reuniese con nosotros.
-Estás en serios problemas, tío.
Si. Lo estaba y no tenía ni idea de que había hecho mal.