«Joder... no lo vuelvo a hacer».
Error abrió lentamente las cuencas, tratando de recomponerse. Fue su fallo el meterse en un maratón de Undernovela cuando ni siquiera había dormido bien. Toda la tarde se la pasó entretenido con el pequeño Reshy, que lucía bastante fijado en lo que veía. Era una cosa que le alegraba (pero que no admitiría), pues podría compartir su programa favorito con su retoño. ¿Y por qué no? También en familia: Su Freshy, su pequeño destructor y él.
Sin embargo, debía saber controlarse también: tenía el cuerpo entumido por haberse dormido en el sofá en mala posición y casi no sentía los brazos por sujetar a Reshy, que estaba durmiendo de lo más tranquilo.
Al verlo le parecía incluso de juguete. Un juguete que comía, cagaba y lloraba, pero el punto es que lo parecía. Ese pequeño retoño fue una gran noticia para él, cuando su amado Freshy le dio la buena nueva de que serían padres. Su sorpresa aquella vez fue legendaria. No supo ni cuánto tiempo estuvo reiniciándose, hasta que Geno le tiró el agua del jarrón de flores que decoraba el recibidor.
Sintió removerse al pequeño en sus brazos, notando cómo este le miraba fijamente, con esos ojos idénticos a los de su amado. Cuatro días y ya lo extrañaba. Sonrió y abrazó a su pequeño. Era raro para él hacer eso, pues aun con el tiempo mantenía su fobia al contacto físico. Pero su Freshy era una excepción y, al parecer, su hijo también.
Aunque el encanto se rompió cuando sintió un desagradable y conocido aroma. Vaya inicio de día tuvo el glitch. Se cubrió media cara con una camiseta y procedió con la operación. El fuerte aroma que sintió al destapar el premio de su pequeño le mareó y crispó, haciéndole glitchearse.
Ah, joder... lo logró. Parecía que ya había comprendido cómo cambiar bien pañales. Aunque, ¿no se veía un poco... distinto?
―¡Me cago en mí!
Había puesto el pañal donde no iba. No le culpen, arriba y abajo se confunde... a veces.
Después de un desayuno a base de chocolates, Error procedió a encender el televisor para entretener al pequeño hasta que iniciaran sus programas y, de paso, descansar un poco. Pero algo no iba bien: el pequeño no parecía interesado. Cambió de canal buscando otra cosa que le pudiera llamar la atención, pero nada.
Reshy le miraba fijamente, incluso palmeaba su regazo y señalaba el centro de mesa. Más concretamente a unos cubos de colores con letras. Error se extrañó por su comportamiento, pues le jalaba de la ropa, daba brinquitos y balbuceaba cosas de bebé (es decir, cosas que no podría entender nunca). Después de unos minutos supuso que quería jugar con esos objetos, así que lo situó en el suelo y se los puso al lado. Le escuchó reírse y comenzar a apilarlos.
Nada más le dejó allí, se regresó al sofá para dormir un poco. Sin embargo, ligeras quejas sonaron. Error volteó a ver al pequeño y éste en repuesta le extendió uno de los cubos. Error gruñó.
―Juega solo, tengo sueño ―y se recostó en el sofá.
Las quejas se acrecentaron. Error trató de ignorarlas, pero parecían hacerse más fuertes.
―¡Tengo sueño! ―se quejó, girándose en el sofá y dándole la espalda.
Chillidos agudos comenzaron a resonar. Error volteó, pegando un alarido de frustración.
―¡Está bien! Ahí voy ―se rindió, bajando del sofá y sentándose en el suelo.
Pequeños aplausos del infante denotaban la celebración de su victoria, Error gruñó molesto ante ello.
―Ni lo festejes, sólo será un rato.
Error miró cómo el pequeño apilaba los cubos en una especie de pirámide y, poco después, éste le hizo señas para que hiciera lo mismo. De mala gana apiló él también, refunfuñando un poco. Le irritaba construir.
Pero se llevó una sorpresa cuando el pequeño, al terminar de apilar, tomó uno de los cubos y lo lanzó a la construcción, desarmándola y haciendo volar las piezas a los lados. El pequeño volvió a aplaudir contento y tomó otro cubo, tirándolo ahora a la construcción de Error, igualmente haciéndola caer.
Las risas de su pequeño eran muy felices, parecía incluso más contento que cuando estaba construyendo. Error rápidamente volvió a armar una torre. Reshy tomó un cubo, pero, al arrojarlo, no le atinó. Pareció refunfuñar y tomando esta vez dos cubos, al tirarlos con aparente mayor fuerza, la derrumbó.
Error sintió un brinco victorioso en su interior.
―Joh..., Entonces te gusta la destrucción.
Era de esperar, ¡idéntico al padre!
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731 Palabras
Publicado - 20 de julio 2017
4:10 p. m. Hora: México.
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753 Palabras.
Última edición - 02 de enero 2018.
9:24 p. m. Hora: México.
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Un mes a cargo || ErrorFresh || En proceso
FanfictionPobre... No tiene ni puta idea. ¡Bueno! Ha llegado el momento de aprender conforme a la marcha. Yaoi. ErrorFresh. Undertale (c) Toby Fox. Error! Sans & Fresh! Sans by CrayonQueen. ¡El resto de personajes son de su respectivo autor!