«Habrá que remodelar el baño»
Dos destructores no son una gran combinación cuando de limpiar y componer se trata, más cuando el único que sabe dónde están los artículos de limpieza en la casa no se encontraba en ese momento y aún tardaría un par de semanas en volver. Error soltó un suspiro, frotándose el rostro sin saber qué pensar al respecto de que su baño ahora no servía más. Bueno, de alguna forma logró detener la fuga.
¡Nadie le dijo que una llave se rompe tan fácil! Sólo la forzó un poco, hasta que se rompió en sus manos y comenzaron a salir chorros de agua que le empapaban todo. Reshy se había reído mucho en ese rato, viendo cómo su papá era empujado contra corriente por el agua disparada desde la tubería. Grandes memorias que quién sabe si el infante podría recordar en el futuro, y que mejor sería para Error que las olvidara.
El glitch pasó la noche buscando la forma de detener la fuga, mientras Reshy miraba contento la lucha incansable de su padre desde una distancia prudente. Después el limpiar fue una historia de la que ya no supo el pequeño al dormirse, dejando a su padre tapizando el suelo con hojas de papel, en un intento de secarlo todo a falta de conocimiento de dónde demonios estaba el palo de fregar. El suelo de media casa terminó cubierto con periódicos y curiosos dibujos propiedad de un (lamentablemente) conocido, que se le ocurrió dejar eso mierdosos garabatos en su hogar.
―Por fin sirven de algo tus dibujos, Ink ―farfulló, caminando sobre estos, mientras se escuchaba un ligero sonido acuoso por debajo de sus pies y sus pantuflas semi-húmedas.
Cuando se dio cuenta, había amanecido nuevamente. Otra noche más sin dormir, esto comenzaba a ponerle de más mal humor de lo usual. Error bostezó, estirando sus huesos un poco para desentumirlos de su cansancio y, con pasos lentos, se dirigió a su habitación. No tardó en dejarse caer sobre su cama, cerrando sus cuencas mientras se despedía del mundo, mandándolo cariñosamente a la mierda.
Su cuerpo se relajaba con rapidez, a la vez que comenzaba a escuchar aves cantar en su mente. No supo cuánto tiempo pasó, pero relajarse después de una larga noche le sentaba de una maravilla extrema. No ha dormido días, técnicamente, así que semi-inconsciente no pudo ver cuando por la ventana se asomaban unas nubes grises desde el horizonte; ni siquiera cuando el día comenzó a oscurecerse y la lluvia comenzó a cubrir el exterior, retumbando en el techo con ligera fuerza. La suficiente como para despertar a alguien en la casa, no necesariamente el glitch.
El trabajo nunca acaba, eso es algo que pronto Error comprenderá. El sonido de llantos llegó hasta él, haciéndole refunfuñar. Se decidió a ignorarlo un rato, pero al escuchar que éste se incrementaba tuvo que ceder ante el llamado de su pequeña cría. Se arrastró fuera de la cama, gruñendo y caminando con enojo hasta la habitación de Reshy, que chillaba fuertemente. Al entrar Error, su llanto se apaciguó un poco.
―¿Qué? ―gruñó haciendo una mueca. Reshy al verle estiró sus manos hacia él.
Error le miró con cara de confusión, mientras se acercaba al cunero.
―¿Te cagaste de nuevo? ―preguntó, enarcando el entrecejo.
Reshy le miró de vuelta, frunciendo levemente el ceño al igual que su progenitor. Se meneó un poco en su lugar, estirando sus manos a él.
―¿Tienes hambre? ―preguntó ahora―. Si es eso te digo que yo también como chocolates y se nos acaba el inventario.
Reshy chilló, dando una pequeña patada a la nada. El glitch le miró fijamente, intentado adivinar qué quería ahora. Las pequeñas manitas del pequeño infante se abrían y cerraban hacia él. Tras unos momentos algo por fin conectó en su cabeza.
―¿Quieres que te cargue? ―preguntó con una ligera entonación a molestia―. ¿Sólo para eso no me dejas dormir?
Después de un caluroso debate en el que sólo el glitch habló, Error salió del cuarto con el pequeño Reshy en brazos, sonriente y aferrado con cariño al cuello de su papá. Se regresó a su propio cuarto, para intentar dormir un poco mientras Reshy se quedaba con él. Sin embargo, un estruendoso trueno retumbó, haciéndole dar un ligero brinco. Por poco se reinicia, pero no del susto, sino de la impresión.
La lluvia no detendría sus propósitos. Se acomodó en la cama, sujetando a Reshy, cerrando sus cuencas con intención de dormirse, pero el ligero movimiento del más pequeño no le dejaba conciliar el sueño.
―Deja dormir, con un demonio ―gruñó abriendo sus cuencas ligeramente.
El pequeño Reshy frunció un poco el ceño, señalando la ventana.
―Está lloviendo, ¿y qué?
Un balbuceo similar a un reclamo.
―¿No puedes dormir?
El infante le miró, dando a entender que sí era eso.
―Pero yo sí, así que no molestes ―dijo y se recostó nuevamente.
El pequeño Reshy comenzó a chillar, jalándole de la ropa. Error pegó un alarido, mientras ponía a su altura al pequeño Reshy, mirándole fijamente.
―Eres igual de necio que tu mamá.
No, glitch tonto. ¡Es igual a los dos!
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852 Palabras.
Publicado - 20 de diciembre 2017.
8:45 p. m. Hora: México.
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855 Palabras.
Última edición - 02 de febrero 2018.
10:55 p. m. Hora: México.
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Un mes a cargo || ErrorFresh || En proceso
FanfictionPobre... No tiene ni puta idea. ¡Bueno! Ha llegado el momento de aprender conforme a la marcha. Yaoi. ErrorFresh. Undertale (c) Toby Fox. Error! Sans & Fresh! Sans by CrayonQueen. ¡El resto de personajes son de su respectivo autor!