Capitulo 2- Parte 4: El despertar

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Al día siguiente. Me senté en el tocador, mirándome en el espejo. El espejo brillaba bajo los rayos del sol en la tarde. A veces oía piar a los pájaros perturbando el silencio.

En el espejo había una niña que había perdido sus expresiones. Me había despertado en la cama como siempre. No había nada malo con mi cuerpo. El tranquilo aire de la habitación era el mismo de siempre.

Pero la forma en la que veía las cosas había cambiado. Ahora vi que era falso. Vi que dentro de mi cuerpo, mi enfermedad seguía avanzando.

Un pájaro dio un golpecito en la ventana con su pico. ...Para decirme que el niño estaba aquí. Sentí un fuerte dolor en mis ojos. Abrí la puerta principal. Junto con el olor del jardín y el ligero brillo llegó el niño, con una ansiosa mirada en su rostro.

Cuando me vio, su rostro se iluminó.

"¡Whoa, Ellen! ¡Te ves genial!"

Suspiró con alivio, luego fingió una expresión de disculpa.

"Um, siento lo de ayer. Por irme corriendo de esa manera. Sólo pensé que parecías un monstruo o algo así. Me asuste. Supongo que solo eran cosas mías."

Un monstruo.

Esa palabra se pego en mis oídos. Solté de mis labios una sonrisa.

"Oh, por favor. Acabas de tropezar y estás lleno de barro. No puedo creer que hayas escapado, XX (nombre del niño)."

"¿En serio? Eso pensé. Simplemente parecía raro. Hombre, soy un muñeco de pruebas. ¡Hahaha!", el torpe niño río.

"Heh", reí con sólo mi boca, manteniendo mi sonrisa.

Ahora era tranquilo. El malentendido se aclaró. Habíamos esperado el jugar juntos en el futuro. Invité al niño a la casa. Cerré la puerta, puse en cuarentena a la casa del mundo exterior. Sentí como el sonido hizo más de lo usual.

"Ve a ese cuarto. Voy a traer algunos pasteles."

Señale la puerta frente a la entrada. El gesto y las palabras fueron todas hechas inconscientemente.

"Esta Bien."

Entró en la habitación y cerró la puerta. Sabía el sonido que esto produciría. Click. Sí. Se había encerrado a sí mismo.

"¿Huh?"

Le oí notar que algo andaba mal a través de la puerta.

"Hey, Ellen, no hay nada aquí. ¿Y todo se puso oscuro donde est...? ¿U–Uh? ¡Ellen! ¿Por qué está cerrado?"

El niño inútilmente giraba el picaporte. Sin duda, él estaba asustado por la repentina oscuridad. Mientras lo escuchaba, di unos pasos hacia atrás y me puse en cuchillas contra la pared.

"Hm, me pregunto por qué...", murmuré, poniendo una mano en mi boca.

"¡Deja de bromear!", gritó el niño, con furia golpeando la puerta. El sonido se agarró a mi corazón, me hizo sentir triste.

Miraba de lejos a la puerta. Recordé al niño al escuchar sus gritos y golpes en la misma.

Mi primer amigo.

Me gustabas.

Tus manos eran suaves y cálidas, como la de un gatito.

Pero rasguñaste mi corazón. Golpeaste en un punto doloroso, que nunca deberías de haber tocado. Mi desgarrado corazón vomito pus, y no pude moverlo. Mi nariz y mi boca estaban tapadas, y no podía respirar. No. No, quería respirar. Porque todavía no lo sabía.

The witch's house: -El Diario de EllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora