Le doy un sorbo a la taza de té, el líquido caliente me relaja, incluso más de lo que ya estoy. Como lo supuse, mamá no llegó a casa, y la comida que dejó para mí se echó a perder. Estoy muriendo de hambre, no como nada desde el almuerzo de ayer. No tengo más remedio que comer unas simples galletas de coco que han quedado sobrantes en la alacena.
Miro el reloj, ya son las nueve de la mañana. Debo irme. Camino rápido entre todos los pasillos y antes de salir tomo mi bufanda de color crema que contrasta con mi atuendo todo de negro. Cubro mi cuello con ella y salgo de casa. De pie en el buzón, asegurándome de llevar lo que necesito, veo una pequeña nota en él. No puede ser. La tomo y compruebo que es de Harry.
Gracias. -H
Sonrío, pero borro la sonrisa de mi rostro de inmediato. Esto está mal, muy mal. Creo que las cosas están tomando otro camino y es solo porque yo lo permito. Basta, esto va a parar hoy. Pero, es muy fácil decirlo cuando no tengo esos ojos verdes observándome, cuando su alta figura no le hace sombra a la mía, cuando no me tiene rodeada con sus brazos. Así es muy fácil.
Camino por las calles del barrio cerrado y una de las casas me llama la atención. Los Styles... ¿Cómo es que nunca vi a Harry? Tal vez lo hice algún día, pero no le tomé importancia. ¿Acaso él me conocía desde antes? Tengo muchas cosas que preguntarle... y decirle. En la calle principal un taxi pasa a mi lado y lo detengo.
"Al Hospital Psiquiátrico Hawking's, por favor." El hombre me ve por el retrovisor. Yo también me veo, tengo el ceño fruncido y mis músculos tensos.
"¿Vas a visitar a alguien?" Hace un poco de conversación mientras arranca.
"A un... amigo."
"Espero que se encuentre bien." Sonríe. Intenta que me relaje un poco.
"Sí, lo está." Sonrío.
La carretera hoy se encuentra con poco tránsito, no muchas personas salen un sábado por la mañana, pero le prometí a Harry que lo iría a ver todos los días. Solo si eso lo ayuda a mejorar. Hoy no puedo oler el pino, puesto a que la ventana está cerrada. Aún cuando caminé por el bosque a las seis de la mañana, me hace falta en este momento. Le entrego el dinero al conductor y bajo del taxi.
Los guardias del portón me reciben con una sonrisa. Yo también lo hago, pero no porque esté feliz de verlos, sino porque recuerdo como no notaron que escapé en la mañana. De seguro aún dormían. La paciente con el cabello lleno de canas se queda viéndome fijamente, le sonrío y la saludo con la mano. Espero a que se esconda, pero solo me observa, fijamente. Puedo ver un poco de brillo en sus ojos.
Cuando atravieso las puertas, me encuentro con el grupo de pacientes. Todos parecen más felices hoy, o seguro solo yo lo estoy. La enfermera me entrega la gabardina blanca y me la pongo. No veo al doctor Thompson por ningún lugar y normalmente es él quien me dice que debo hacer; así que voy al pabellón de los jóvenes. Lo encuentro sentado en la ventada con una joven despeinada y con bolsas debajo de los ojos, me parece conocida. Se ve triste y un poco nerviosa, pero habla en paz con Frank.
Gira hacia mí y me observa fijamente, muy seria. Él sigue su mirada y me encuentra, sonríe. Yo le devuelvo el gesto.
"Iré con ella. Quédate aquí tranquila, ¿entendido?" La chica asiente, pero no aparta su mirada de mí "Hola, Pao." me saluda Frank al ponerse de pie y caminar hasta mi.
"Hola." sonrío.
Toma mi hombro y empieza a caminar en dirección a una puerta con una pequeña ventanilla y dos hombres de seguridad a los lados. La chica me observa hasta que estamos del otro lado de la habitación. Por la ventanilla puedo ver al jardín. Salimos y caminamos sobre el césped, hay varios pacientes acompañados de una enfermera.
ESTÁS LEYENDO
MADNESS - Harry Styles
Fanfiction"Porque, de lo que sea que estén hechas las almas, la suya y la mía son la misma."