Capítulo 4

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Mira mis rodillas y frunce el ceño.

-¿Qué te pasó?

-¿Qué?-¿Eso es todo lo que va a decir después de haberme hecho esperar toda la noche?

-Te has lastimado.-Pone su mano sobre ellas; al sentir su toque mis nervios responden. Están llenas de cortadas. Duelen.

-Estoy bien.-Aparto su mano de golpe.

No quiero que me toque, no quiero que esté aquí. Él me confunde, hace que sienta muchas cosas contrarias al mismo tiempo. Apoyo mi cabeza en el marco de madera de la ventana de nuevo, para intentar ignorarlo, pero se me es imposible al sentir sus ojos clavados en mí. La tensión en el aire es palpitable. Giro hacia él molesta.

-¿Qué?-Pregunto de manera brusca; a veces olvido con quien estoy hablando.

-Deja que te traiga algo.-dice serio. Me encogo de hombros.

Se pone de pie y se acerca a una de las enfermeras, le dice algo y esta le sonríe mientras camina hacia un gabinete. Parece bastante amable. Le da un bolsito de color rojo y vuelve. Se sienta a la altura de mis piernas, me toma con cuidado de mis tobillos y las coloca en sus regazos. Trae un set de primeros auxilios. De él saca algodón, alcohol, un tubo de crema y unas vendas.

-¿Cómo te pasó esto?-No quiero hablar de eso ahora, pero por más molesta que me encuentre, intenta ayudarme.

Me calmo un poco, debió de tener un buen motivo para no ir ayer. Además, se supone que no debe importarme. No me importa.

-Ayer deje caer un vaso por accidente, supongo que me corte cuando iba a limpiar los vidrios rotos.-Moja el algodón con alcohol y lo pasa por mis heridas. Siento un dolor muy agudo cuando lo hace, y por reflejo, contraigo mis piernas hasta llevarlas a mi pecho. Las vuelve a poner en su lugar con una sola mano.

-Debes de tener más cuidado.-Sonríe al mismo tiempo que gira sus ojos para verme.

Lo ignoro y me acuesto de nuevo en el marco de madera de la ventana. Cierro los ojos mientras dejo que Harry me cure.

-A ti te gusta dormir mucho, ¿no?

-No dormí bien anoche.-Susurro.

Cuando el alcohol se seca, lo escucho abrir el tubo de crema blanca. Siento un alivio inmediato cuando pasa sus dedos llenos de ella por mis heridas. Suspiro.

-Quiero pedirte perdón.-Me toma por sorpresa.

Abro los ojos y lo observo con el ceño fruncido. Permanece en silencio, como si no supiese que más decir mientras acaricia mis rodillas para que absorban la crema.

-¿Por qué no fuiste?-Pregunto.

-Los guardas de seguridad hicieron que limpiara mi habitación. No me dejaron en paz por toda la noche; intenté distraerlos para escapar, pero tenían su atención puesta en mí.-No durmió en toda la noche, eso explica las bolsas bajo sus ojos.

Arriesgó que lo atraparan escapando solo para ir a verme. Eleva su mirada y fija sus ojos con los míos.

-Lo siento.-Una punzada de culpa me lastima el pecho.

Tengo que dejar de pensar solo en mí. Siento una calma que se extiende por todo mi pecho. Lo observo vendar mi rodilla izquierda y cuando termina de vendar la otra, pongo mi mano sobre la suya. Me mira confundido.

-Háblame de música.-Sonríe mostrando sus dientes.

-¿Qué?

-Bueno, es que ayer dijiste que me quedé dormida cuando empezaste a hablar de música.-Ríe suavemente.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora