Capítulo 2

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Le doy un sorbo al té y como de la tostada con jalea de fresa que me he preparado, mientras espero a que mamá tenga tiempo para charlar conmigo. Cuando no esté discutiendo sobre asuntos de trabajo con algún compañero, o tratando de organizar su día. Pongo los pies en la madera del taburete y dejo de comer; la voz de mamá a veces llega a irritarme, prefiero no tener indigestión.

Cuando por fin cuelga el teléfono, se sienta a mi lado, sonríe y después de darle un sorbo a su café, gira hacia mí.

-¿Cómo te fue ayer?-He esperado esa pregunta todo el día y noche desde que salí de ese lugar.

-Es una locura, no tienes idea, mamá. Los chicos ahí dan miedo.

-¿Has hablado ya con alguno?

-Con una chica llamada Crystal; perdió el control casi de inmediato...-Su telefóno empieza a sonar de nuevo.

-Disculpa un momento, amor. Esta llamada es importante.-Lo toma y se pone de pie-Ve al auto, ahí terminamos de hablar, ¿sí?-Sonríe, pero yo solo me alejo de ella. Apenas y pude terminar mi desayuno.

Han sido años desde que esto es normal, pero nunca lograré acostumbrarme. Supongo que su trabajo es más importante que escuchar el aburrido día de una chica cualquiera. Tiene razón. Pateo una pierda que está en el camino de cemento del jardín. Extraño a papá, él siempre me escuchaba; yo y mi hermano, Andrew, eramos su prioridad, de los dos en realidad; pero cuando murió, mamá tuvo que sacarnos adelante, hace ocho años, cuando nos quedamos sin nada ella nos dió el mundo entero. Y entiendo que todo lo que hace es por mí, puesto a que Andrew ya se fue de casa para estudiar Derecho en Nueva York, pero lo que yo necesito no es una enorme casa que esté vacía todo el tiempo, ni mucha ropa o accesorios; lo que necesito es tenerla a mi lado, escuchando.

Me apoyo en el buzón de madera mientras espero a que salga, cuando veo un pequeño papel pegado en él. Pienso que no es nada, que tal vez el cartero ha dejado un recordatorio como veces anteriores, pero cuando lo tomo para tirarlo al basurero y veo mi nombre siento un escalofrío subir por mi espalda. La nota dice:

"Espero verte de nuevo, Pao. PD. Quizá debas cerrar las cortinas de vez en cuando. -H"

De manera instintiva, como si alguien estuviera cerca, veo a mi alrededor y recuerdo lo que me parecio haber visto ayer. La sombra al otro lado de la calle no fue mi imaginación, ni nada de eso, era alguien y era Harry.

-No es posible...-Susurro.

Me llevo una mano a la cabeza e intento pensar bien, miro la nota una y otra vez para asegurarme de que sea real, y lo es. No es posible que haya llegado hasta aquí, ¿cómo salió del hospital? ¿Cómo sabe que esta es mi casa? ¿Por qué vino hasta aquí solo para dejar la nota?

-¿Pao?-Mamá está a mi lado.

Me observa con las cejas juntas mientras peina su cabello castaño en una coleta. Se ve hermosa con su vestido de color azul rey, no puedo evitar sonreír.

-¿Está todo bien?-Pregunta.

-Todo está perfecto, mamá.-Me acerco a ella y la rodeo con mis brazos. Me abraza y acaricia mi cabello con su mano-Te ves muy hermosa.-Digo aún con mi cabeza en su hombro.

-Gracias, amor.-Nos separamos-Tú también.-Tengo puesto un suéter de lana blanco, los mismos pantalones de ayer y sandalias. Hoy está un poco fresco. Mi cabello con ondas llega hasta la parte baja de mi espalda y mis ojos resaltan con el delineado negro, haciéndome ver mayor.

-Vamos, no queremos que llegues tarde de nuevo.

-Ahí nunca llego tarde, mamá. Ellos no tienen percepción del tiempo.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora