Capítulo 7

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Tengo mis ojos cerrados, pero ya estoy despierta. No quiero salir de la cama, estoy muy cansada, no es bueno irse a dormir a media noche cuando se debe despertar temprano al día siguiente. No escucho a las aves cantar, lo cual es muy extraño, normalmente despierto al mismo tiempo que ellas, pero esta vez parece que soy la única dormida.

Abro los ojos un poco, y la luz amarilla del sol hace que duelan. Normalmente aún está un poco oscuro cuando lo hago, ¿qué hora será? Cuando estoy apunto de ver el reloj, mamá abre la puerta como loca. Su repentina presencia me sobresalta; tiene los ojos muy abiertos y está histérica.

"¡Pao! ¡ya es el mediodía!" grita.

Salto de mi lugar, y mi corazón empieza a latir con rápidez.

"¡¿Qué?!" Ahora las dos estamos igual.

"Nos quedamos dormidas. Anda, ¡apresúrate! Yo haré lo mismo, ¡no tardes!" Asiento a todo lo que dice.

Sale de mi habitación y de inmediato entro al baño. Apenas el agua golpea mi cuerpo, me limpio con el jabón y lavo mi cabello en tiempo record. No debí de tardar dos minutos en hacerlo. Me seco con la toalla y me visto con mis bragas de color rosa, hace mucho no las usaba, pero son las únicas que tengo y no hay tiempo para ir a buscar otras, me pongo el sujetador blanco y para no tardar mucho, deslizo el vestido color gris por mi cuerpo, cuando tengo las sandalías puestas, estoy lista.

Salgo al pasillo y me encuentro con mamá, ya lista, ella también va tarde al trabajo. No nos decimos nada, solo bajamos las escaleras lo más rápido que podemos y cuando ya estamos en su auto, salimos disparadas por la calle.

"¿Cómo pudimos quedarnos dormidas?" Pregunto, algo molesta.

"No tengo idea, amor. ¿No escuchaste tu alarma?" Niego con la cabeza "Lo importante es que ya vamos de camino; mejor tarde que nunca." Sonríe; mamá, siempre tan positiva.

   Veo en mi teléfono la hora, son las doce pasadas, se supone que debo llegar al hospital entre las ocho y las nueve. No tengo ninguna excusa, al menos tendré la decencia de disculparme. Muevo mi pierna impaciente, mamá me observa tranquila, yo tampoco estaría preocupada si fuera mi propia jefe.

"Amor, tranquilízate..." Musita.

"Es muy tarde." Entramos a la carretera, bajo la ventanilla para poder oler los pinos y dejar que me relajen.

Respiro hondo y me lleno de paz, no debo preocuparme. Mamá ve mi vestido y sonríe.

"Hace mucho no usas ese vestido."

"Hace mucho no tenía el humor como para tan siquiera probármelo."

"¿Buen humor?" Sonríe "¿Acaso será por...?" Me golpea con su codo y levanta las cejas.

"Por nadie, mamá. Estoy de buen humor porque pude dormir más de la cuenta." Ruedo los ojos.

Cuando se trata de este tema, mamá puede ser muy molesta. Siempre ha tenido esa obsesión con que yo consiga novio. Pero, en realidad, sí es por Harry, el chico de los ojos verde jade que iluminan la habitación en la que esté. Sonrío inconsientemente.

"¡Claro que sí!" Grita mamá, asustándome "¡Mira tu rostro! Tus mejillas están rosas, tus ojos brillan y esa sonrisa... Recuerdo muy bien que significa."

"Mamá, basta, no es por nadie."

"Yo sé lo mucho que te gusta Harry, está bien..."

"¿Qué?" Empiezo a reír, pero en realidad no estoy segura si es totalmente incierto.

Cuando estamos juntos, soy como otra persona; mi humor cambia drásticamente, sonrío más, estoy nerviosa y tranquila al mismo tiempo... Y el beso de ayer, eso definitivamente dice mucho. Y por más que no quiera sentir algo por él, no lo logro; ayer intenté alejarme y terminé desmayándome en sus brazos, y más tarde, besándolo en la casa de sus padres. Y es que no lo puedo evitar, no puedo evitar sentir el cosquilleo en mi estómago cuando está a mi lado, escucho su voz o incluso cuando une sus ojos verdes con los míos.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora