Capítulo 9

287 8 0
                                    

-Vamos, amor. Sube a la balanza.-Dice mamá con su mano en la cadera. Niego con la cabeza.

-No quiero... Engordé.

-¿Cómo es eso un problema?-La miro un poco obvia.

Subo la mirada y me encuentro en el espejo, mi cara está más rellena, al igual que mis piernas y brazos.

-Estoy horrible.-Me mira seria.

Andrew, que está sentado en mi cama, empieza a reír.

-No digas eso, ¡te ves hermosa! Saludable, como nueva. Ahora, sube.-Habla de forma dura.

-Bien...-Suspiro.

Enderezo mi espalda y me quito las Vans, pongo un pie sobre ella y luego el otro; cierro los ojos, no quiero ver el número.

-Oh, Dios...-Se le escapa el aire.

-¿Qué? ¿Qué?-Pregunto.

-Sesenta kilos.-Sonríe de oreja a oreja, sus labios rojos resaltan-¡Amor, casi estás en tu peso ideal!

-¿Cuánto se supone que debo pesar?

-Sesenta y cinco...

-¡¿Qué?!-Pregunto y abro mucho los ojos-Mamá, no creo que pueda comer tanto para engordar cinco kilos más.

-Claro que sí puedes, en especial cuando la comida es deliciosa, y conmigo, eso nunca te va a faltar.-dice orgullosa mientras arquea una ceja, Andrew y yo juntamos miradas y reímos-Gracias a Dios por la dieta de Frank.

Bajo de la balanza, me pongo los zapatos de nuevo y camino hasta mi cama, para sentarme al lado de Andrew. Le sonrío al mismo tiempo que arqueo las cejas.

-Lindo beanie.-Se toca la cabeza y sonríe de lado. Hace dos meses empezó el tratamiento de quimioterapia, por ende, ya ha perdido todo su cabello. Y sin importar lo que él diga...-Te ves muy guapo.-Le doy un beso en la mejilla y lo abrazo.

-Sabes que no es cierto.-Dice serio.

Su ánimo ha cambiado drásticamente desde entonces; las sonrisas, las carcajadas, las bromas, y todo lo demás, han casi desaparecido. Mentiría si digo que no me duele verlo así, sufriendo. Las marcas de sus brazos y piernas son cada vez peores, sin mencionar la dificultad para hacer las tareas que antes hacía con tanta facilidad.

Lo veo con antención mientras él mira a mamá guardar la balanza en mi escritorio. Lo único que parece no haber cambiado en él, han sido los ojos, y aún así, es obvio que están diferentes; ya no reflejan lo mismo que antes.

-Hey...-Dice mamá. Gira lentamente hacia nosotros; tiene en la mano la cámara Canon que me regaló cuando tenía quince-¿Qué hace esto aquí?

-Estaba guardada de forma que nadie la encontrara.-Arqueo las cejas-Parece que no funcionó.-Andrew ríe un poco.

-¿Por qué nunca la usas?

-No he encontrado momentos buenos para tomar fotos.-Me encogo de hombros.

-¿Bromeas? Siempre los hay, ahora, ¡sonrían!-La sube hasta su rostro y mira por el pequeño hoyo.

-No, mamá, ¿qué haces?-Dice Andrew.

-Le tomo una foto a mis bebés.-Nos apunta con la cámara, pero Andrew levanta su mano, bloqueando su vista.

-Estoy horrible, no quiero salir en ella.-Intenta ponerse de pie, pero no se lo permito.

-La última foto que tenemos juntos es la de tu graduación.-Se queda serio-Por favor..., ¿sí?

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora