Capítulo 18

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    Me veo una última vez en el espejo, y suspiro. Es lo mejor que puedo hacer, y aún así estoy horrible. Es sábado por la noche y debo usar un largo vestido negro que, junto con los enormes tacones, hace que resbale más de una vez al caminar. Retoco el maquillaje oscuro de mis ojos una vez más; las molestas lágrimas no permiten que permanezca perfecto, según mamá. Quien me ha preguntado al menos cien veces que ocurre, pero no tengo el valor de hablar. No quiero parecer una niña boba y sensible frente a ella.

   Mi angustia solo aumenta con cada minuto desde que Harry desapareció. No me ha llamado desde entonces, y vaya que lo esperé. Día y noche, hasta que de repente mamá ya había vuelto con Robert, y era hora de ir al baile de caridad. Al cual invité a Harry para ir como mi pareja. Ahora estaré sola mientras mamá y su prometido bailan, y Andrew charla con Kat por teléfono, como se volvió de costumbre. Lloro en silencio una vez más, confundida y aterrada. Ahora creo que todo sea posible.

"Amor." Mamá está de pie bajo el umbral, ¿cuánto tiempo lleva ahí?

   Limpio mis mejillas de forma fallida e intento ocultar mi rostro húmedo, pero es imposible. Como toda madre, ve lo que los demás no. Se acerca a mí y rodea mis hombros como si temiera romperme en mil pedazos. Respiro hondo y sonrío al mismo tiempo que uno la mirada con la suya en el espejo.

"Estoy lista." Digo ignorando lo que acaba de ocurrir.

"No tienes que ir, amor." Sus ojos marrones me miran con tristeza.

   Se ve increíblemente hermosa, como es usual. El largo vestido color plata la hace ver más alta y su maquillaje es impecable, a diferencia del mío.

"Estoy bien, de verdad. Quiero ir, quiero acompañarlos." Sonrío de nuevo y reprimo las lágrimas.

   Se queda en silencio por más de un segundo y asiente; ahora no es prudente llevárme la contraria. Me da un beso en la mejilla y sonríe de forma tierna.

"Baja cuando estés lista." Dice y empieza a caminar lejos de mí.

   Escucho sus tacones golpear la madera, a Robert diciendo lo hermosa que se ve, la puerta de la habitación de Andrew abrirse y él uniéndose a ellos. Ahora es mi turno. Limpio mis mejillas por enésima vez, y le sonrío a la pálida y delgada chica del espejo. Bajo cada grada con cuidado de no caer, aunque sería lo ideal. Me reciben con una sonrisa, más llena de compasión que de felicidad, y partimos hasta la zona más alejada de la ciudad. No puedo evitar la melancolía cuando entro al Range Rover negro de Robert, pues los recuerdos de mi primera cita con Harry regresan.

  Me pierdo en la ventana mientras los tres hablan de cosas que no logro comprender. Ahora mismo estoy concentrada en que el vestido negro no revele mi tatuaje de elefante. El que Zayn hizo con tanto cuidado para que Harry no le partiera la cara. Y, aunque parece imposible, me encuentro a mí misma sonriendo cuando esos momentos se me vienen a la cabeza. Andrew deja sus ojos fijos en mí hasta que giro a verlo y hace lo mismo que yo.

"¿Aún no sabes nada?" Susurra.

   Niego con la cabeza y trago saliva para reprimir el molesto nudo en mi garganta.

"Por lo menos finge disfrutar la noche. Mamá está preocupada." Asiento y regreso a mi antigua posición.

   Robert conduce por al menos veinte minutos hasta que salimos de la carretera hacia unas calles vacías y tranquilas de algún barrio cerrado. No había estado aquí antes, o al menos no lo recuerdo. Todas las casas son enormes, aún más que la nuestra y la de Harry. Algúnas incluso tienen adornos de Navidad, y apenas es noviembre. Las luces amarillas iluminan mi rostro, y logro ver mi reflejo en el cristal. Mi piel parece porcelana, y mis ojos llenos de furia, pero solo estoy triste, y sola. Muy sola. Casi había olvidado como eran los días sin tener al alto chico de ojos color verde jade y piel manchada por tinta negra a mi lado. Cuando pasaba todo el tiempo metida en la cama, sin hablar, con el cuerpo en la tierra y la cabeza volando. Por días Andrew intentó hacer que reaccionara, pero fue imposible. Hasta ahora Harry ha sido lo único que me ha hecho sonreír desde la muerte de papá. Y se ha ido, se ha marchado sin decir nada. Estoy sola de nuevo.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora