Devon se levantó, la gente tardó en darse cuenta de que habíamos anotado un tanto y que el partido había llegado a su fin, corrió hacia el banderín mientras yo seguía en el suelo, ¿de dónde saca tanta energía? La emoción, la adrenalina y las ganas de decirles a todos que Maxwell ha sobrevivido una ronda en la fase de eliminación, para todas esas personas que no apostaban por nosotros, para aquellos que no creían que había talento, pero más que talento fue cuestión de tenacidad, el que más resistencia tuviera ya que el balón iba y venía, yo ya estaba cansado, pero si tenía que seguir en la lucha por avanzar de ronda lo haría. Cuando asimilé que estábamos en cuartos de final, porque aún creía que teníamos que jugar un par de minutos más, pero olvidé que el árbitro había pitado, me levanté y fui al banderín con Devon a celebrar, los muchachos, cansados, venían lentamente a saludar al público, la gente estaba eufórica e inclusive los hinchas del atlético estaban aplaudiendo, admitían que los habíamos derrotado de una manera justa, un logro más para nosotros, pero esto era solo un 25%, nos faltaba un 75%, uno que sabíamos no sería regalado, ni siquiera un minuto. Todo debíamos lucharlo.
En los vestidores, abracé a Jack, estábamos realmente muy contentos, no podíamos creerlo aún, luego llegó Scott para felicitarnos. Al cabo de unos minutos, mientras nos refrescábamos, la mayoría de las personas de nuestro curso entraron a los vestidores a felicitar a sus conocidos, pero de alguna manera se podía notar que la manera en que nos felicitaba tenía ese toque de que sería la última congratulación, como si hasta los cuartos hubiéramos llegado, la gente no contaba con que pudiéramos derrotar al colegio inglés, aunque este aún no había disputado su compromiso de 8vos, la mayoría por no decir todos, daban por sentado que nuestro próximo rival serían ellos. Tomé mis cosas y esperé a Jack fuera, un grupo de 3 chicas, mucho menores, realmente no sé en qué curso estaban pero parecían de primero o segundo año, pidieron tomarse una foto conmigo, no quise ser grosero así que acepté a su solicitud y así hacía tiempo para esperar a Jack. Cuando finalmente salió la chica... quise decir Jack... No, quise decir chica porque tardó demasiado en el baño, partimos a mi hogar para celebrar con nuestras respectivas loolapop. Una vez en mi hogar, decidimos contarle a detalle a mis padres de cómo ocurrió todo, de que aún seguíamos vivos en el campeonato, de que pudimos anotarle un gol a ese gordinflón, de que jugaríamos contra el colegio inglés muy probablemente y que gracias a las clases de balonpié del abuelo, hemos mejorado mucho nuestro estilo de juego.
Papá: Vaya, ¿aún siguen en ese campeonato? - Pregunta incrédulo, realmente costaba creer lo rápido que mejoramos, quizá era impresión, ¿quién sabe?
Jack: Por supuesto que sí, somos imparables, ¿no es así, media punta titular?
Tom: Aún no soy titular, andas restregándome que tú sí ¿verdad?
Jack: En consecuencia de la lesión de Ulises.
Tom: Claro...
Abuelo: Tom, Jack. Han mejorado mucho chicos, todos tenemos un límite, no les seré soñador, pero tampoco les seré un anciano amargado realista idiota. Los límites están aquí. - Señala su cabeza. Verán, en la selección nacional había un chico que se me escapa el nombre, pero sé que casi no jugaba y jugaba cuando alguien se lesionaba o tenía riesgo de recibir otra tarjeta amarilla o qué sé yo... Siempre arruinaba todo, la cagaba. Incluso llegó a anotar un par de autogoles, un desastre. No tengo idea por qué seguía en la selección nacional, la gente decía que era un familiar del entrenador o algo así. El punto es que el carajo, en un campeonato continental, logró anotar un gol, pero hay goles de goles. Gol de victoria, gol psicológico: Este es uno que puede darle la vuelta al partido, un gol que hace cambiar por completo la mentalidad del equipo, pueden pasar de dominados a dominadores gracias a este tipo de gol y suelen venir cuando alguien con 0 confianza en sí mismo, mal jugador, al que la gente prefiere aguantar tarascadas con el balón que cederle el mismo, anota un gol en un momento de crisis, bien sea cuando todos estén agotados y no quede mucho tiempo... Recuerdo que logramos ganar ese encuentro, el equipo despertó, fue algo surrealista. Este palabrerío solo es para que sepan que ustedes mismos pueden decidir hasta donde llegar. Con permisito dijo mochito...