- ¿Quién fue el imbécil?- dijo Sol.
- O el original, dado que todo esto es mentira.- dijo Cande.
Al entrar al aula, unos días después del trabajo de ciudadanía, en el banco de cada alumno había un folleto pegado, que contenía la "verdad oscura" de cada uno de los 28. Excepto el de Sol Y Cande.
- ¿Fueron ustedes? - dijo tristemente una chica que estaba leyendo el folleto.
-¿Por qué lo dices?- dijo Sol, extrañada.
- Porque están escritos todos los nombres excepto los suyos.
-¡¿Qué?!- dijo Cande. Obviamente, ellas no habían sido.
-" SOLANA MARTÍNEZ Y CANDELA SUÁREZ, A LA DIRECCIÓN AHORA MISMO".- dijo la directora por un micrófono que se escuchaba hasta el curso.
. . .
- ¿Pueden explicarnos qué es esto? - dijo la directora, colocando el folleto en la mesa en la que también se encontraban Sol y Cande.
- Un folleto... que por cierto nosotras NO escribimos.- dijo tranquilamente Sol. A diferencia de ella, Cande estaba alterada.
- Eso es muy difícil de creer. Dado que no hay pruebas contra otra persona... me temo que debo amonestarlas.- dijo tristemente la directora. O mejor dicho, simulando tristeza, ya que en realidad, no le importaba realmente quién fue. Sino quedar bien con los padres de los alumnos. Quienes seguramente al otro día vendrían furiosos.
- Tampoco hay pruebas contra nosotras- dijo Cande, mirando furiosa a la directora.
- Bien, entonces, díganme ustedes qué debo hacer.- dijo La Directora mirando directamente a las alumnas que sufrían una enorme injusticia.
- No lo sé...- dijo Cande dudosa- pero aún así no debería culparnos por algo que no hicimos.
- Entonces van a hacer esto, quiero que llamen a todos los alumnos de su curso al salón, y también a La Vie... digo, a la profesora Patricia de Ciudadanía- dijo la directora, y volvió la vista a su computadora. Parecía más viciada con esa computadora que cualquier oro adolescente en todo el mundo. Ni siquiera la usaba para trabajar, sino para hacer quién sabe qué.
-¿Y ahora qué? - dijo Cande a Sol al salir de la dirección.
- A hacer lo que nos dijo.- dijo Sol, sin esperanzas.
. . .
Cuando todos los alumnos salieron del curso, sólo quedaron Sol, Cande y Lucas.
- Vete Lucas.- dijo Sol, indicando la puerta.
-Ustedes también, después de todo, son las protagonistas de todo esto, las verdaderas culpables- dijo Lucas, mirándolas desafiante.
- No hasta que se vallan todos.- dijo Cande en tono cansado- debemos asegurarnos de que no quede nadie. Nos lo ordenó la directora.
Lucas blanqueó los ojos.
-Como quieran.- dijo Lucas y salió del curso.
Pero al salir, un extraño papel se cayó de su bolsillo.
- ¿Qué es esto?- dijo Sol inclinándose para agarrar el curioso papel.
- Parece un recibo...- dijo Cande.
Inmediatamente, ambas se miraron, como si se les hubiese pasado lo mismo por la cabeza como un rayo fugáz. Y luego de eso, Sol lo abrió rápidamente.
- Como me lo imaginé. Un recibo de 28 fotocopias para un tal Lucas- dijo Sol riendo.
- Y mirá: Fue hecha acá la fotocopia.- dijo Cande.
- ¿ Vamos a la fotocopiadora?- dijo Sol
-Espero que Carmen esté.- dijo Cande esperanzada mientras corría a la fotocopiadora con Sol
- Espero que sí.
Al llegar a la fotocopiadora, Carmen se encontraba, como siempre, tejiendo.
- Hola, Carmen.
- ¡Hola niñas!, ¿que hacen aquí?- dijo Carmen, amable como siempre.
- Queríamos preguntarte una cosa...- dijo Sol
- ¡Claro!
- Por casualidad, ¿alguien vino a hacer 28 fotocopias?
- Hmm... hoy.... sí, vino un chico a hacer unos folletos... pero no los leí. No soy tan metiche, además perdí los lentes.- dijo Carmen riendo.
- ¿Uno como este?- dijo Cande sacando el folleto de su bolsillo.
- ¡Sí!, fue un chico pelirrojo.
- Ahá. Una cosita más... nos acompañarías al salón , serías de muchísima ayuda.
Al principio Carmen dudó, pero terminó acompañándolas.
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Enana...
Short StoryCande, es una chica con un gran potencial, buenas notas, buen comportamiento, caracter, etc. Sólo hay una cosa que le impide hacer muchas cosas, su altura. Antes no le daba importancia pero ahora, con un cambio de escenario, las cosas cambiarán.