|| Crónicas de un enfermero enamorado || Baekyeol

Niños hijos de Satán...

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Baekhyun estaba seguro que cuando decidió estudiar enfermería a los diecisiete, el trabajar con niños mayores a un año estaba totalmente descartado de sus planes laborales. Pero ahí estaba en su jodido turno nocturno, tratando de ponerle un jodida inyección al jodido niño que se había enfermado de una jodida gripe porque su jodida madre no lo había sabido cuidar.

Y no, no crean que a Baekhyun le disgustaban los niños, al contrario le gustaba trabajar en la pediatría pero en casos como aquel niño deseaba irse a cubrir turno con los de insuficiencia renal.

Y lo peor no era eso, no. Lo peor era aquel chico que la dirección del hospital le había puesto como una especie de protegido o algo así mientras cumplía su año de servicio social.

Era condenadamente alto y jodidamente caliente para tener diecinueve, se llamaba Chanyeol y tenia una voz tan grave que le erizaba los cabellos y no solo de la nuca, ademas del cabello con un extravagante color rosado y seguía sin entender como la directiva lo había aceptado si a él como trabajador todavía le pedían su corte reglamentario. 

Pero con todo su cabello de gangsta rebelde y su tremenda y excitante altura, el chico era un pastelito. 

Si, un pastelito relleno de crema batida y dulce cubierta de betún colorido. 

Un adorable y gigante pastelito que estaba poniendo todo su esfuerzo para que su jefe no lanzara al mocoso griton a la calle y lograra colocarle de una vez por todas la jodida inyección.

— Jihoonnie, por favor deja que el jefe Baekkie te ponga la inyección. Te prometo que no dolerá.

— ¡NOOOO! !QUIERO A MI MAMI!

Baekhyun miro con ojos de desesperación al pastelito y le dio la jeringa con el medicamento.

— Ponsela tú, yo ya me canse.

— Pero Hyung...

Y Baekhyun salio del consultorio dejando al pastelito caliente con el mocoso endemoniado, porque de verdad ya se había cansado y así como iba, terminaría enterrándole la aguja en el cuello para que dejara de gritar y también porque el hecho de que el pastelito lo llamara Hyung lo ponía en niveles que no admitiría en voz alta.

Se encerró en su oficina y pasados unos diez o quince minutos, no sabe exactamente cuantos fueron, el pastelito apareció con la filipina blanca desabotonada y el cabello revuelto, prueba concisa de que tuvo una ardiente pelea con el mocoso para que por fin se dejara inyectar.

Ardiente era la palabra que le quedaba al pastelito con esa imagen descuidada.

— ¿Por qué tienes que ser menor? – grito Baekhyun mirándolo intensamente.

— ¿Hay algún problema con eso Hyung?

Su pregunta tan inocente le revolvió las tripas al rubio, deseando corromper esa dulce inocencia que caracterizaba al pastelito.

— No, ninguno pastelito...

El menor se sonrojo por el apodo y revolvió sus manos jugando con sus dedos.

— Ve a cenar, el turno se vendrá pesado – su doble sentido lo recalco con sus cejas pero parecía que el menor solo lo veía como muestra de preocupación.

— Claro Hyung, ¿quiere que le traiga algo?

— Si me dieras un poco de leche y un pastelillo seria suficiente.

El peliarcoiris sonrió y asintió, saliendo con una reverencia de noventa grados.

Baekhyun soltó otro gruñido de frustración; no importaba que tan sugerente fuera, el menor no captaba sus indirectas.

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Chanyeol y su cabello en Kokobop me siguen teniendo mal a dos meses del comeback... Y de ahí surgió esta cosa muy random y pen**** xD

Simplemente no pude evitar imaginarme un Baekyeol así, mi placer culposo es un Chan uke ^^ 7u7 

~Moon se despide, bendiciones del señor