Penélope

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Susy se acercó a la puerta del baño y le dijo a Penélope:

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Susy se acercó a la puerta del baño y le dijo a Penélope:

-Te estas demorando un poco, Penny.
-Lo siento, es que me quede mirando lo hermosa que soy.
-Obvio, si eres hermosisima, Penny.-Simón planeaba actuar como si tuviera mucha confianza con ella.
-Ah, ya veo... Ven, te estamos esperando.

Penélope salió.

-Así que, ¿son virgenes?
-Sep. ¿Por qué lo dices, linda?-Simón le contesto.
-Porque yo no.
-Hey, no respondiste mi otra pregunta.-Le reclamó Susy.
-Pero yo igual pregunte algo.
-Pero yo pregunte primero, querida.
-¡Agh! Ya ni me acuerdo de lo que era.
-La pregunta era de que si tienes novio. Creo que dijiste que si... Pero ya no me acuerdo quién era.
-Ya terminamos.
-¿Cómo que terminamos? No hagas bromas, Penny.-Dijo Simón.
-¿Tú y yo? No.
-¡Llevamos recién una semana!
-Jamás.
-¡No me hagas esto!
-Pero Penny, eso dijiste en la playa, que andabas con Simón.-Susy volvió a alzar la voz.
-Me debi de haber confundido de nombre.

Simón decidió tomar medidas drásticas y beso a Penélope, aunque en su mente se lamentaba de haberlo hecho. Penélope le siguió el beso y Simón estaba sorprendido de que no lo soltara.

-Ejem... Chicos.-Susy estaba algo incomoda. Que tus amigos empiecen a besuquearse como locos en frente tuyo no es algo lindo.

Rose entró de imprevisto a la casa.
-¡Hola! ¿Qué hac.....?

Se quedó un poco traumatizada cuando vio a Simón y a Penny comerse a besos.

Simón alejo un poco a Penélope.

-Oh, Rose. Golpea la puerta antes de entrar, me asustaste. Además ya es un poco tarde.
-No me quiero ir-Penélope empezó a reclamar como niña pequeña.
-Pero ya es tarde.
-Pero tu mamá no esta.

Esto hizo recordar a Simón de que su madre no volvía en dos días.

-Pero ya va a llegar.-Decidio mentir.

Se fijó en Rose.

-Oh, Rose... Estas un poco pálida.

Mientras tanto Rose estaba tan pálida como el papel. Aún no superaba el beso francés que se lanzó Penélope a Simón.

Susy le echó una mirada a Rose.

-Bueno, tengo cosas que hacer, adiós.
-¡Espera!-Simón la detuvo.-Llévate a Rose, aún es muy pequeña como para estar en la calle a estas horas.
-Esta bien.
-Adiós, Susy.

Susy tomó a la pálida Rose y la sacó de la casa. Recorrió todo el vecindario hasta llegar a la casa de la niña.

Mientras tanto, Penélope fue al baño a ponerse labial.

Tierra 1993Donde viven las historias. Descúbrelo ahora