Me despierto sintiendo una extraña y exquisita comodidad.
No he abierto los ojos, pero aun así puedo sentir a una no identificada fuente de calor a la cual estoy abrazando. Se siente deliciosamente cálida y tengo mucho frió, así que me acurruco más y ronroneo levemente.
Mi almohada comienza a temblar. ¿Qué extraño?
Abro mis ojos y me sorprendo al encontrar un sólido pecho cubierto por una camiseta blanca, y quedo paralizada cuando comprendo que mi nueva almohada huele sospechosamente muy similar al aroma que poseía John cuando lo abrace en el cine.
¡Qué. Diablos!
Un ligero roce comienza a recorrer mi espalda suavemente, a través de la línea de mi columna vertebral. Tiemblo sin poder evitarlo. Él ríe.
¡No puede ser! John está aquí. Conmigo. En mi cama. Y yo sólo estoy vistiendo una camiseta grande y unas bragas. Y hablando de eso, mi camiseta se ha subido tanto por mi cuerpo que se pueden observar mis bragitas de algodón rosadas.
¡Oh. No, no, no!
Y por si lo demás fuera poco, también estoy prácticamente sobre él. Mis piernas están enredadas con las suyas. ¡¿Qué diablos?! ¿Esto es un sueño? No lo puedo creer.
Siento dedos recorrer lentamente el brazo que tengo sobre sus -muy sólidos- abdominales , luego se deslizan por mi hombro y cuello. Mi cuerpo se estremece involuntariamente y él vuelve a reír –ronco y bajo-. Después su mano recorre mi mejilla y pómulos. Por último, van a mis labios, recorriéndolos con el pulgar lentamente y me estremezco de nuevo.
Se me hace imposible no reaccionar a sus caricias, y mucho menos poder ocultar las respuestas de mi cuerpo.
Nunca había sentido algo como esto. Claro, tampoco es que haya estado en situaciones similares, pero nunca me había sentido así por alguien. Yo sólo quiero encerrarlo de por vida en este cuarto y matarlo a besos.
No suenas para nada loca, me reprueba mi conciencia.
Pero como hago. No puedo evitar esto. Mi corazón está retumbando tanto que creo que se me saldrá del pecho en cualquier momento y mis hormonas están por los cielos de lujuria.
John coloca la mano en mi barbilla y eleva mi rostro hacia el suyo. No quiero que él me vea recién levantada. No soy bonita a estas horas. Con el cabello todo enredado, el mal aliento... Pero me gana la curiosidad, ¿cómo se vería John por las mañanas? Si esto es algo que me pasará sólo una vez en la vida, ¿cómo podría desaprovechar esta oportunidad?
Tímidamente levanto mi rostro. Ahora puedo ver que mi imaginación no le hacía justicia en lo absoluto. Él se ve mucho, mucho más sexy de lo que imaginaba. Con la melena oscura alborotada yendo en distintas direcciones, con unos hermosos ojos azules risueños, los cuales mantienen profunda atención sobre mí, y para rematar una rasposa y espesa barba mañanera que pide a gritos ser tocada.
Sonrío. Totalmente apetecible.
-Hola, hermosa -dice con voz grave y ronca.
-Hola -murmuro confundida ¿Cómo es que él está en mi departamento? Decenas de preguntas rondan mi mente-. ¿Cuándo llegaste? –le pregunto.
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Enamorando al Jugador
RomanceADVERTENCIA: Esta historia Contiene un muy sexy Jugador de Fútbol, una Nerd con Grandes Gafas y Muchos Momentos Calientes. Mientras Della sólo quiere seguir estudiando Literatura y teniendo romances ficticios con los Personajes Masculinos de sus lib...