14.

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La música de fondo se había perdido, no era algo importante para mí en esos momentos. Estaba demasiado concentrado en saborear sus labios, en sentir su piel bajo mis yemas –porque de hecho ya había posado mis manos bajo la camiseta– pero debimos preocuparnos de algo más importante en ese minuto, ese algo que vibró en el bolsillo de mi pantalón y que resonó por el lugar.

Una llamada.

Rebusqué en mis pantalones luego de Jungkook se quitara de encima y fuera directamente hasta su móvil a cambiar la canción.

– ¡¿Qué?! –espeté. Siempre me hacía enojar que interrumpieran este tipo de momentos.

¡¿Por qué me gritas?! ¡Te estoy esperando puto!

Fruncí el ceño y recordé mi conversación con Namjoon hacía una semana. Pasé mi mano con frustración sobre mi cara y luego paró directamente en mi cabello. – Joder. –solté.

¡Lo has olvidado! ¡Gracias al cielo vine con Jin y Yoongi ya viene en camino! ¡Era happy hour con cerveza ilimitada!

– Nam...

No quiero oírlo. –dijo con despecho. – Sabes que bromeo, quiero oírlo, todo, cada detalle sucio y los inocentes también.

– ¿Qué? –pregunté sabiendo que me había pillado.

Sé que estás apunto de tener sexo con alguien, porque hace meses no me respondías así el móvil. –miré a Jungkook entrar a la cocina, directo a mi refrigerador. Sonreí. – Entonces dime ¿Buenas tetas o culo? ¿Ambas? ¿Ninguna?

– Namjoon, no sé por qué...

Jimin estás en altavoz, sabemos que vas a entrar al paraíso sexual. –comentó Jin con tono burlón.

– Escuchen, tengo que irme y juro que si hablan de esto de nuevo voy a decirle a todo el mundo que ustedes dos tienen sexo en cada fiesta que se organiza. –dije mirando a Jungkook acercarse a mí con dos cervezas.

Insolente. –gritó Jin y corté.

– Toma, te traje una cerveza y saqué una para mi ¿Te molesta?

– No. –negué y acepté gustoso. – Y aunque me molestara no ibas a devolverla.

Se sentó apoyando su espalda en el brazo del sillón y me miró al beber.

– ¿Está todo bien?

– Excelente.

– Genial. –asintió y miró hacia abajo.

– Bueno mmh... –miré al suelo, no sabía que hacer realmente, de hecho no tenía idea que mierda había pasado conmigo en los últimos diez minutos.

– ¿Quieres ir a dormir ya? –me preguntó.

– No. –respondí casi apurado y le vi sonreír.

– Podríamos ver esa película. –miró hacia la televisión.

– Claro, mmh ¿Quieres que prepare palomitas?

– Me sorprende que tengas todas las cosas que me gusta comer en esta casa.

¿Qué otras cosas tengo que te gusta comer? –a saber por qué coño pensé en eso. – Iré a prepararlas, tú elige algo de Netflix.

– ¡¿Te gustan todos los géneros?! –me preguntó alzando la voz desde el sillón.

– ¡Sí! –respondí de vuelta, claramente mintiendo. Odiaba las películas de doctores y esas cosas, las operaciones y heridas me hacían perder la paciencia, lo mismo con las de terror, me asustaba con facilidad y odiaba eso.

Amentiam [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora