24.

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Sólo no derrames el café. –pensé antes de entrar en la oficina de mi jefe.

– Oh, ya estás aquí. –me sonrió. – Perfecto ¡Y hasta trajiste café! –exclamó sorprendido.

– No es nada. –contesté feliz.

– Escucha Jimin, te asigne en este caso porque realmente me ha dado que pensar y creo que te vendría bien un desafío. Claro que no estás sólo, sólo me ayudarás en ello, pero en la reunión quiero que aportes con ideas, si algo te viene en mente sería fantástico.

– Realmente me siento agradecido señor Lee. –respondí con una media sonrisa.

– Bueno vamos ya. –me dijo poniéndose de pie con el montón de papeles y el café que le había traído.

Caminé detrás de él y procuré estar totalmente concentrado antes de la reunión. No podía distraerme con mis problemas de casa en el trabajo. Puse el teléfono en modo avión, no para que dejaran de entrarme llamadas, si no para que mi mente tuviera la tranquilidad de que en verdad no tenía que estar revisando el móvil cada cinco segundos.

Bien sabía que él no iba a llamarme. En dos semanas no lo había hecho.

Pegué un largo suspiro y me concentré en los hombres y mujeres que estaban rodeando la mesa, me sentí como un chiquillo perdido, pero fue sólo hasta que sentí en mi bolsillo el arete que sería mi amuleto de la suerte desde aquel día en mi primera batalla de baile.

El día no avanzaba tan rápido como yo hubiera deseado, aún con un montón de papeles e investigación sentía que había espacios en mi día que necesitaban ser llenados; con una sonrisa, un hola, una risa nerviosa o un mensaje inmaduro sobre la escuela.

Mi teléfono vibró sobre mi escritorio y mi corazón se apretó, esperanzado y asustado por leer lo que había en la pantalla.

TaeTae
Debes venir, por favor.

Suspiré. No había ido a prácticas y la presentación era en poco más de una, según habíamos acordado íbamos a ir dos horas diarias desde que comenzara la cuenta regresiva de dos semanas para el concurso.

No quise responder, a pesar de que probablemente mañana me apareciera por ahí, no quería contestarle a Taehyung, no quería iniciar una conversación con mi amigo sabiendo que iba a terminar preguntándole por Jungkook.

El llegar a casa era algo aún más triste de lo usual, pero al menos ahora mis amigos estaban ahí para apoyarme.

– En serio espero una excelente paga por hacerte la cena desde la última semana.

– En serio cocinas bien. –respondí a Jin.

– ¿Entiendes que esto es comida básica que tu igual sabes hacer? –elevó sus cejas. – Además, a veces me queda pésimo de sabor.

– A todos nos pasa. –elevé los hombros y cerré los ojos, esperanzado de que no volviera a mencionar el tema de la paga.

– Yo quisiera una recompensa también. –dijo Yoongi.

– ¿Y tú qué quieres?

– Estaría bastante bien que me consigas algunas chicas.

– Eres pésimo con las chicas Yoongi. –bufé y Jin rio, burlándose de él.

– Yo sólo quiero que no sean tan melosas ¿Es tan difícil encontrar a una chica que no me llame cada dos horas?

– Es imposible. –comentó Jin.

Amentiam [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora