15.

722 82 35
                                    

           

Salí del salón, aún algo tembloroso, mis manos transpiraban pero mi felicidad era demasiada.

– ¿Y? –preguntaron Yoongi y Jungkook, quienes se levantaron del suelo apenas me vieron salir.

– Aprobé. –dije en un hilo de voz, casi sin poder creer que lo había logrado.

Los dos medio gritaron y corrieron a abrazarme. Yoongi me sacudía el cabello y palmeababa mi espalda, mientras que Jungkook se sostuvo en mí con un largo abrazo.

– Entonces la celebración va. –sonrió Yoongi.

– Está bien, llama a los chicos.

– ¡Grandioso!

– Llamaré a Hoseok y JongIn, ¿Puedes tú llamar a Tae? –le pregunté a Jungkook.

– Claro. –me respondió.

Los tres caminábamos hacia el auto, dejaríamos a Yoongi en una estación de metro para que pudiera volver a su casa, ya que insistía en dormir una pequeña siesta antes de asistir a mi fiesta. Jungkook en cambio, se quedaría conmigo en casa y me ayudaría con las compras.

Mi padre había decidido prestarme el auto para el día en que tenía que presentar la tesis, ya que decía que no podía llegar tarde a un día importante como este y no quería que un algún retraso del autobús me jugara una mala pasada.

– Te dije que lo lograrías. –me sonrió cuando llegamos a mi edificio.

– Trabajé duro para esto y la verdad pensé en todos dándome ánimos, así que pude hacerlo.

– Estoy muy feliz por ti, Jiminie. –felicitó.

Hacía sólo un par de días había decidido ponerme ese sobrenombre, me llamaba así siempre, el "Jimin" era ya demasiado frío y sólo lo usaba cuando buscaba retarme por algo.

A pesar de que ahora nos mandáramos mensajes todos los días, los momentos a solas seguían siendo algo vergonzosos. Como en el ascensor, él en una de las esquinas y yo en la opuesta. Nos mirábamos de soslayo, como si no quisiéramos que el otro supiera lo mucho que nos gustaba observarnos.

Llegamos a mi hogar, conversando sobre lo pronto que empezaríamos a ensayar para la competencia de baile.

– ¿Qué vamos a almorzar? –me preguntó haciendo un puchero.

– No tengo ánimos de cocinar. –respondí poniendo mala cara.

Me eché en el sillón y él se sentó junto a mí.

– Pero me gusta tu comida. –insistió.

– ¿No quieres pedir una pizza? –pregunté intentado zafarme.

Sus ojos brillaron y sintió enérgicamente.

– Sabía que ibas a querer eso. –sonreí y apreté una de sus mejillas.

– ¡Jimin, no hagas eso!

– Lo siento, es que eres tan adorable.

– Tú también eres lindo y no hago eso.

– Yo dije adorable, no lindo. –sonreí burlesco.

– Sabes a que me refiero. –me puso mala cara. – Mejor pide esa pizza, hay que ir a comprar las cosas aún y quiero dormir.

– Este niño, eres un mandón, respétame.

– Jódete. –él salió disparado por el pasillo, directo a las habitaciones, sabía que me enojaba cuando me trataba así.

Amentiam [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora