Extra: Amanda parte 1.

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Hace seis años.

— Pequeña, despierta — sentí que me movían con delicadeza, apenas distinguiendo las palabras —. Es hora de ir a clase.

Abrí los ojos lentamente encontrándome a mamá a pocos centímetros con una sonrisa en el rostro.

Me removí en la cama deseando dormir un poco más, pero mami no me dejaría, a ella le gusta que sea una niña buena.

Quité la gruesa cobija de mi pequeño cuerpo, estirando los músculos mientras mamá me comunica que me esperará abajo con el desayuno.

Salté directo al baño restregando mis ojos.

Veinte minutos después estoy desayunando con mis papás y mi fastidioso hermano, que no se cansa de reír a mi costa.

Siempre hemos sido unidos pero también peleamos como todos los hermanos, gracias a su extraño humor.

— ¿Cómo está tu noviecito del colegio? — bromeó él, haciendo que me ponga colorada e infle mis cachetes.

— No molestes a tu hermana, Josh — reprendió papá con una sonrisa.

— Si lo regañas así, no dejará de hacerlo — opinó mamá quitando los platos del desayuno para lanzarlos en el fregadero.

— Yo no tengo ningún novio, papi. Es mentira de Josh — me defendí apretando mis puñitos sobre la mesa.

— Eso no es lo que me dicen tus compañeros — insistió Josh.

— Silencio, es hora de irnos — ordenó papá abotonando su bata.

Enfurruñada bajé de la silla alisando con las manos mi uniforme.

El colegio queda a unos cuarenta minutos, por lo que papá sale de casa con tiempo suficiente, además que la hora de entrada allí es más tarde que en cualquier otro instituto.

Cerré la puerta con suavidad luego de darle un beso a papá en la mejilla.

Ignorando a Josh seguí el camino hacia mi salón, recibiendo directamente en la cara los rayos de sol que a esta hora no se han hecho tan luminosos.

Llegué ubicándome en el asiento relativamente nuevo para mí, ya que el día de ayer cambiaron las posiciones de los estudiantes. Nuestro maestro considera que es más sencillo si nos sentamos en pareja afianzando el esfuerzo grupal.

Al principio la noticia me entristeció, pues mi amiga Camil se sentaba a mi lado en cada clase, jugábamos juntas y escribíamos notitas sobre las palabras del maestro.

Ahora, en su lugar, estará el niño con el que Josh me arruinó la mañana, Milo.

Llegamos a jugar unas cuantas veces en el pasado, pero luego nos alejamos sin razón aparente.

— Amandita — chilló una de mis compañeras más cercanas —, hola.

— ¡Hola! — saludé entusiasmada — ¿Has hecho la tarea?

— No pude por mis clases de ballet — respondió apenada—, ¿Me prestas la tuya?

Asentí sacando la pequeña libreta floreada de mi mochila.

— Que lástima que te hayan cambiado de asiento — la escuché decir —, debe ser muy aburridito estar con ese niño.

La miré extrañada, él no es eso que ella dice, es mi amiguito aunque hablemos poco.

— No es así — le aclaré, tendiéndole la tarea.

— No tienes que ser tan buena, apenas se nota.

Sonreí mirándola, es que ella no lo conoce, por eso es así.

Los que faltaban por llegar lo hicieron, así que ella se fue a su asiento dejándome con mi recién llegado nuevo compañero de mesa.

Me saludó con una tímida sonrisa como de costumbre, colocando meticulosamente el lápiz, el cuaderno, los colores y el borrador en el mismo lugar que ayer.

Aprecié lo inmaculado de su aspecto, con la camisa perfectamente planchada... Si mi mamá lo viese, lo felicitaría. Lo único que le da un toque pequeño de descuido son las ojeras que se extienden debajo de sus ojos, ahí donde la piel se le hace más oscura.

Sonreí sacando mis propias conclusiones, es bien sabido que nuestros padres a veces no nos dan los mejores genes... O eso me ha explicado mi papá.

Me sentí cómoda en el silencio de ambos al copiar la tarea, con mi amiga Camil es difícil concentrarse. Ella sí sigue molesta por el cambio de posiciones, me ha quedado claro a la tercera bola de papel que le lanzó a Milo.

— No hagas eso, Camil. Es de mala educación — la regañé con suavidad al voltearme, un poco divertida por su actitud.

— Él no debería estar en mi sitio — susurró ella a mis espaldas.

Miré de reojo a Milo que detuvo el movimiento de su mano por unos segundos, siguiendo la marcha luego de eso.

Pensé que no se lo tomaría a pecho, así que continué escribiendo los ejercicios plasmados en el pizarrón.

El sonido de algo cayendo me hizo seguir con los ojos a mi compañero, que precisamente se estira a recoger el lápiz que se le escapó de los dedos, subiéndose su camisa en el proceso.

Mi mirada recorrió los moretones extendidos por la piel expuesta en distintos tamaños y tonalidades, algunos verdosos, otros bañados en puntitos rojos.

Mi mirada recorrió los moretones extendidos por la piel expuesta en distintos tamaños y tonalidades, algunos verdosos, otros bañados en puntitos rojos

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Hola a todos, acá les he dejado el primer indicio detallado de lo que le ha pasado a Amanda, espero les guste. 😳

Gracias por ser parte de mi pequeño mundo, lectores.

Capítulo dedicado a:

AngelJReyes 👌
Y MagaG04

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