En la foto: Mia (cara de caballo) 😂
Mara:
¿A quién no le ha colgando de la boca el queso de la pizza?
Espero que no les pase en frente de un chico guapo, o bueno dos, así me niegue a aceptarlo.
A pesar de la vergüenza que disimulo a la perfección, sigo masticando como si no tuviera idea de la imagen ridícula que debo proyectar.
Es Josh quién toma de la mesa el tenedor en una mano, en la otra el pequeño cuchillo de plástico que no sirve de mucho para liberarme de la situación bochornosa.
Adiós queso colgado.
Trago con dificultad mirándolo a sus ojos verdosos.
— Gracias — me doy cuenta de mi falta de educación al no saludar —. ¿Qué onda?
Si iba a usar ese saludo mejor seguir llenándome la boca de pizza bañada en queso elástico.
Él sonríe mostrando los dientes derechos, producto de usar aparatos odontológicos hasta hace un año.
Agradezco haber corrido con la suerte de tener la dentadura perfecta de mamá, no podría andar con ese alambrado limitando mis comidas.
Frunzo el ceño al notar que no va solo.
— Hey — saludo junto a un movimiento de cabeza que me responden de la misma forma.
Amanda se ha tornado de un verde rojizo, he de suponer que no le agrada para nada la situación.
La pizza no tiene la culpa amiga, no la pinches con ese cuchillo que básicamente lo único que corta es las ganas de usarlo.
— ¿Qué hacen aquí? Juraba que estarían en casa viendo alguna película para llorar — pregunta Josh con altanería.
— Una cosa llevó a la otra y acá estamos — responde borde Amanda, interesada en algo más —. ¿Y qué sucesos te trajeron hasta acá?
Mi amiga tiene toda la razón, no esperábamos pasar el día en la calle, pero las circunstancias lo ameritaron.
Decididas ahora a lograr nuestra segunda misión, estuvimos en la biblioteca buscando el mapa de la ciudad, aguantando extrañas miradas de la bibliotecaria.
La mujer al final creyó que éramos tres niñas que querían escapar de casa usando el mapa, no hubo excusas que la detuvieran de echarnos del lugar repitiendo una y otra vez que los jóvenes de hoy en día están locos.
Sin otra opción, ni otra biblioteca cercana, corrimos a un centro informático. Allí imprimimos el mapa del tamaño de una hoja.
Volviendo al presente, la cara de aburrimiento de las dos chicas, cara de caballo y zanahoria se hacen notorias.
— Estábamos en el cine, disfrutamos de una película muy graciosa, bueno, lo poco que pudimos mirar — se adelanta a comentar Mia como si le preguntaran a ella. No pasó desapercibido el doble sentido de la frase.
Me fijo en Luca pareciendo totalmente incómodo.
— Muero de hambre, Luca — interviene la pelirroja con voz lastimera —, ¿podemos sentarnos en aquella mesa y ordenar algo?
Él asiente desorientado.
Lisa hace un esfuerzo sobrenatural para no hablar, las ganas de echar a los presentes se nota en cada facción de su rostro.
Ante el silencio, el único que se ve relajado es Josh que sigue de pie cerca de nuestra mesa con rostro imperturbable, sin intenciones de ir tras Luca que ya se ubicó a una distancia prudente, leyendo la cartilla junto a Andy, digo Angie.
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Carga liberada ©
Fiksi UmumMara se vio forzada a presenciar una serie de sucesos traumáticos durante su infancia que la han marcado de por vida. A raíz de esto, ha decidido llevar las riendas de sus vivencias sin dejar ningún cabo suelto, la costumbre es su estación preferida...