¡Así no tenia que terminar!

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:D

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Los cálidos rayos del sol dieron contra su cara, sus ojos poco a poco se fueron abriendo notando la pequeña línea de humo producto de una fogata ya extinta, observo levemente a Valkyon quien el daba la espalda alistando sus cosas y las de ella, clara señal de que partirían apenas la de orbes azules despertara. Lentamente se fue incorporando sobre el césped inhalando el fresco aire de la mañana.

-Aun queda tiempo antes de marcharnos.- dijo él, Calaeena estiro su cuerpo lo que para ella poco después sintió como un error fatal, la cabeza le punzo, comenzando también a sentir algo amargo en su garganta, en su rostro se plasmó una evidente mueca de asco, que por lo bajo proboco que le jefe de Obsidiana esbozara una pequeña sonrisa.

-No es para nada gracioso.

-Lo sé, lo lamento.

-Tampoco es necesario disculparse.- poniéndose de pie, respiro un par de veces comenzando a sentirse mejor, odiaba despertarse al amanecer.- ¿Podemos irnos ya?

-Recién te has despertado, no tenemos mucha prisa por llegar.- de una de los pequeños sacos que cargaban extrajo un trozo de pan que le extendió a la sílfide, ella lo tomo y comenzó a comerlo, aquello amargo en su garganta rápidamente fue pasando.- insisto en que deberías regresar.

-Y yo insisto en seguir, Miiko NOS confió la misión.- Valkyon sabía que como el día anterior insistir seria en vano, ella no cambiara de opinión.

Tras un par de minutos terminaron de alistarse y reanudar su caminata, Valkyón como siempre caminaba por delante mientras que Calaeena caminaba por atrás marcando algunos árboles, era una extraña manía la de ella, siempre que salía a alguna misión se encargaba de dejar algunas marcas como señal de orientación por si llegaban a perder el camino, cosa que hasta ahora no había pasado, para su suerte.

Roxan se miraba al espejo retirando con cuidado el parche de su cuello, el adhesivo pegaba muy bien, tanto que al quitarse el parche, tras largos minutos aguando el dolor de tirar de su piel, al final lo único que quedo fue una marca rectangular roja en su cuello, las marcas de los puntos habían desaparecido, Ewelein tenía razón, lo había exagerado. Las marcas rojas en su piel habían desaparecido a la mitad del día anterior y con Nevra fuera del C.G no habría ningún problema o que sospechara de ella.

En cuanto termino de alistarse, se sentía de un humor tan agradable que no le importaría si la misión del día era pasear a los familiares mientras sus dueños estaban fuera, nada podría arruinar su perfecto humor. Su familiar daba ligeros saltos en dirección a la cómoda, arriba se encontraba una caja de cristal con lo que parecía ser un criadero de orugas cremosas, la castaña sonríe tiernamente acercándose para tomar una de las orugas y dársela a su familiar que no tardo ni un segundo en comer al pequeño animalito. Al abrir la puerta de su habitación detuvo sus paso de forma seca, haciendo un gracioso movimiento quedando con un pie fuera de la habitación, un ramo de flores azules había sido dejado al frente de su puerta.

-¿Flores?- se preguntó, regreso al interior de la habitación sin cerrar la puerta tomando una de las flechas de su arco comenzado a picar el ramo, esta vez no sería tan tonta como para caer en otra broma, una vez confirmo el ramo era inofensivo lo tomo entre sus brazos.

Nunca antes alguien le había regalado flores y menos rosas azules, era la primera vez que las podía ver de forma natural, en su mundo algunos floristas las pintaban y eso ocasionaba se marchitaran mas rápido, sus sentidos captaron de forma inmediata un dulce aroma, algo parecido al dulce y la menta al mismo tiempo, dicho aroma emanaba de las flores, entre ellas pudo observar un trozo de papel.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora