Carta N°3: Reencuentros.

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10 de Marzo del 2014.

Querido Alexander:

          Cuando me encontraba frente al espejo lavándome los dientes, algo empezó vibrar en mi trasero. Luego de sobresaltarme y recordar que había dejado mi celular en el bolsillo, supuse que serías tú llamándome, luego de no haber contestado los mensajes que me habías dejado por WhatsApp diciéndome que ya estabas abajo en el auto esperándome. Siempre he sido una olvidadiza con mi celular y también sé que odias hablar por teléfono, por lo que una llamada tuya, es porque ya estoy agotando tu paciencia con la espera.

          Cuando bajé rápidamente, con mi pelo mojado con ondas alborotadas-que nunca he podido controlar- y poniéndome los lentes para ocultar mi rostro ojeroso, mientras me despedía del conserje del edificio a la rápida, me puse mi mochila en ambos hombros y me dispuse a salir para nuestro último primer día de clases de la universidad.

           Cuando entro al auto, lo primero que siento es lo obvio, olor a cigarro y escucho de fondo la melodía de alguna canción pop que tanto te gusta. Todo lo que hice antes de saludarte fue preguntarte si estabas nervioso, a lo que me respondiste que no, más bien tenías ganas de iniciar el año, que querías ver a todos nuestros amigos; Luego pusiste en marcha el auto y te empezaste a comer las uñas.

          No sé para que buscas engañarme si sabes que estás muerto de nervios por Pau, causándome bastante gracia que quieras disimularlo. No quise reírme en tu cara, así que antes de decir algún comentario al respecto, quise evadirlo sacando mi estuche de maquillaje y empezando a maquillar esta cara que era un desastre, que no era para nada digna de un inolvidable último primer día de clases- Sí lo sé, ya no estamos en el colegio, pero para mí a la presentación personal siempre ha sido importante- mientras me ponía a cantar la canción que sonaba en la radio.

          Luego de un rato hablando de trivialidades durante el camino, se hizo un silencio, para nada incómodo, a decir verdad, pero sabía lo que vendría. Me preguntaste por Miguel. Sabías que no quería tocar el tema, pero eres tan curioso, que preguntarás igual. Sumado a que no salí de mi casa la última semana, aunque me das mi espacio, intuías que algo no andaba bien conmigo.

          Con Miguel nos hemos vuelto a pelear como siempre, peleas tan desgastantes como discutir por el futuro-Si como lo oyes, ¡por el futuro!-.

          Se supone que lo lógico en una relación es que pelees por algo que dijiste o hiciste y uno de los dos pide disculpas, o ambos, y todo pasa. Pero esto era distinto. Peleábamos porque cuando nos fuéramos a vivir juntos el próximo año, yo no tenía que estresarme porque el como hombre ganaría más dinero que yo, y que se gastará todo el dinero que él quiera porque le sobrará una vez que entre a trabajar, siendo que hemos hablado de ahorrar y medirnos con los gastos en las fiestas.

           Tíldenme de abuela, retrograda, o lo que quieran. Pero algo que me caracteriza es que cuando tengo proyectos a largo plazo, suelo planificarme bien, y él al parecer no está en la misma sintonía que yo. Más aún los ánimos se sulfuran cuando le nombro que probablemente por las oportunidades laborales que me están ofreciendo, pueda ganar más que él. Ahí es cuando arde Troya. Para Miguel es impensado que su novia, una chiquilla que tenía notas mucho más bajas que él, estudiando una carrera de menos prestigio, ganase más dinero que un hombre, y mucho peor si se trataba de él. Quizás, lo dice de orgulloso y por no herir su moral varonil, pero eso me lastima en cierto modo.

          ¿No se supone que cuando estás en pareja quieres el éxito y la realización personal de la persona que está a tu lado? Yo sé que me ama, que hemos pasado por tantas cosas juntos, pero con el tiempo tiene que aprender a madurar, a crecer y no actuar como un niño mimado, que ya no es, sólo porque él quiere ganar y ser mejor en todos los aspectos. Sé que se debe a su personalidad, y que siempre le ha gustado ser el mejor en todo. Siempre lo he apoyado, aunque haya veces en que no ha tomado las mejores decisiones, pero sólo espero que él haga lo mismo por mí, que me crea capaz de superarme a mí misma, y no que por el simple hecho de ser mujer o estudiar una carrera distinta a la suya, no me pueda ir mejor.

          Tras escuchar todo como siempre haces, me preguntaste que sentía yo por Miguel, que últimamente eran más quejas que felicidad, a lo que yo te respondí que pese a todo lo quería y que, pese a nuestras discusiones, con Miguel tenía una estabilidad y me sentía tranquila, sólo que me descolocaban sus actitudes. Pese a todo, es mi primer novio, y alguien fundamental en mi vida, creo que no me imagino una vida sin él. Luego de decir esto no pude evitar que mis ojos se pusieran un tanto vidriosos, pero me dije a mí misma que llevaba un estupendo maquillaje, y no podía echarlo a perder. Luego de mirarme en medio de un rojo que nos señalaba el semáforo de al frente, me dijiste que estuviera tranquila y que pensáramos que este sería un gran día, y subiste la música de la radio. No hay nada que me anime más que cantar a todo pulmón en un auto, con el viento despeinando tu pelo y con la música tan fuerte que apenas puedes escuchar tu voz. Es en estos momentos en los cuales agradezco tener un amigo como tú, y tener a alguien en quien confiar.

          Ya llegando a la universidad, antes de bajarnos del auto, sabía que aún estabas nervioso por lo que se vendría, así que sólo te sonreí y te dije que todo iba a estar bien, que ella se daría vuelta a mirarte con tu outfit, el cual te sentaba muy bien. Tú me sonreíste de vuelta y me preguntaste si acaso quise decir que estabas guapo, a lo que yo solo me reí y te di un golpe en el hombro, y te dije que sólo te sentaba bien, no que eras guapo, eso sería sólo en tus sueños; Y emprendí mi marcha rumbo a las puertas de la universidad, a lo que tú alcanzaste en un segundo debido a mis cortos pasos.

          Lo primero que veo cuando vamos al patio central es a la eterna pareja de Cata y David. Corrí a abrazarlos, no los veía hace un mes ya que ambos se fueron de vacaciones a visitar a sus familiares fuera de la región. Los extrañaba tanto, así que nos pusimos al día mientras esperábamos a que pasaran los 15 minutos que faltaban para nuestra primera clase del día.

          Al rato de haber llegado, aparecieron el resto de nuestro grupo de amigos, Isabel, Laura, Matías, Amanda y la más más esperada del día, Pau. Apenas cruzó el patio central de la facultad pude ver su cara de desagrado al vernos, era de esperarse, pero al menos esperaba a que supiera disimularlo, pero no fue el caso. Lo positivo es que al menos nos saludó, de lejos, pero algo es algo. Aún recuerdo tu cara cuando le dijiste hola Pau, y ella con suerte te miró. Creo que ese fue el primer atisbo de que si ibas por la reconciliación ibas a tener que trabajar duro para ella sanara su corazón y te diera otra oportunidad.

          El día transcurrió tranquilo, y lleno de risas contándonos todas nuestras anécdotas veraniegas. Los extrañaba tanto a todos, y teníamos tanto que contarnos que el día pasó volando.

          Cuando ya veníamos de vuelta en el auto, ya sólo esperaba que hiciéramos el recuento del día, hasta que llegué a la pregunta de rigor ¿Qué harías con Paula? Yo sabía tu respuesta, tus miradas a la princesa eran bastante obvias, y me dijiste que te morías por besarla y que al verla te diste cuenta que la extrañabas. Tenías una mirada tan esperanzada, que sabía si te proponías reconquistarla lo lograrías, como todo aquello que te propones.

          Me sentía feliz. Creo que ambos teníamos metas este año, tú reconquistar a Pau, y yo por mi parte tendría que trabajar en mi relación con Miguel; pese a lo distintos que somos, creo que nos une el hecho de ser bastante perseverantes y cabezotas cuando queremos algo, no descansamos hasta conseguirlo. Sinceramente, lo único que esperaba era que ambos nos sintiéramos realizados y contentos, y, por otro lado, esperaba que con esto Pau dejara de mirarme feo como lo hizo durante toda la jornada. Teniendo a alguien con la vista puesta en ti todo el santo día sin ni siquiera saber que le has hecho es bastante incómodo, por lo que darle un poco de felicidad a esa pobre alma amargada, no le vendría mal.

          Querido Alexander, si todo sale como lo planeado, tendremos un año completamente exitoso, y lo terminaremos tomándonos unas cervezas celebrando nuestra titulación. Nada podrá arruinar nuestros planes, así que con todo el optimismo ya hemos empezado con todo nuestro nuevo año.

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Javi al habla: Hola <3 Supongo que te estarás preguntando porque estoy actualizando un día domingo si había dicho que actualizaría los miércoles. Les cuento que esta semana tengo mi último examen del semestre, por lo cuál no creo que me de el tiempo estar en Wattpad, así que antes de dejarlos sin capítulo, preferí subirlo antes. Gracias por sus visitas, votos y comentarios!

Las cartas que su corazón olvidó enviar©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora