Una noche de confesiones (1)

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Jugamos en el agua de las piletas por horas y estábamos a punto de agarrar una terrible gripe, pero después de corretear por todo el parque con él, decidimos parar para un descanso. Él realmente tiene mucha imaginación y es muy divertido, ahora queda confirmado que cada adulto tiene su niño interior.

─ ¿Por qué escapaste de tu boda?─ preguntó mirando fijamente la pileta.

─ ¿Cómo sab... ─ dirigió su mirada a mi vestido y así supe la respuesta de inmediato.

─ Bueno─ suspiré ─ es una larga y corta historia a la vez, ¿Entiendes?

Él me miró divertido y sonrió vacilante.

─ Pelirroja, tenemos toda la noche, bueno lo que queda de ella.

─ ¿Tus padres no te enseñaron a no hablar con desconocidos?─ pregunté para intentar cambiar de tema, no quiero recordar a Nick y... su engaño.

Él lo medito un momento que pareció una eternidad.

─ La verdad no, mi padre trabaja todo el tiempo y mi mamá lo mismo pero a ella si le interesa la vida de sus hijos, siempre me quedé al cuidado de mi tía pero un día conocí a Linn y la mayoría del tiempo pasaba con ella, en su casa o cualquier lugar lejos de nuestras familias.

─ No me digas, ¿padres adictos al trabajo? ─ pregunté mientras recordaba a los padres de mi primo, él siempre pasaba con Leah y con migo porque a sus padres les importaba un rábano la vida de mi primo.

Él asintió, dirigiendo su mirada a la pileta de nuevo.

De pronto una pregunta se me vino a la cabeza para no dejar morir la conversación.

─ ¿Quién es Linn?
Y sentí como el ambiente se tensaba de poco a poco ante mi pregunta.

***

La pelirroja estaba realmente loca y además hay que admitir que tenía una energía impresionante. Corrimos por todo el parque y se preguntarán ¿Qué pasó con la revista? Bueno, la revista ahora ya no existe ya que los dos olvidamos el pequeño pero gran detalle de que el papel + agua no da un resultado bonito, así que ahora la revista está en el cesto de basura del parque. Ninguno de los dos logró quedársela.

Sin duda esa pileta me traía demasiados recuerdos pero uno en particular. En esa pileta conocí a Linn.

¿Quién era Linn?

Sabía que no debía mencionarla pero me fue imposible y además sabía que ella preguntaría de todos modos en algún momento. Pero no en este momento, no estaba preparado.
Suspiré y me levanté pero después me volví a sentar. No debo ser un cobarde.

─ Linn era mi mejor amiga pero siempre la quise como algo más. La llegué amar con todo mi corazón, más que a mí mismo.

Ella procesaba toda la información y respondió: ─ ¿Era? ¿Se pelearon? De seguro fue eso, porque créeme tu humor...

No la deje terminar y contesté: ─ Ella murió─ y la pelirroja se quedo muda, ¡Gracias a Dios, por fin!

─ Eso explica porque vistes de negro─ Miré mi ropa por instinto, negro era el color que describía el dolor que siento, así que casi toda mi ropa últimamente era toda negra.

Levanté mis hombros y fijé mi mirada en la pileta de nuevo.

─ ¿Cómo la conociste?─ por lo visto no se pudo aguantar las ganas de preguntar. Me paré y antes de caminar ella me detuvo, agarrando la manga de mi suéter.

─ Lo siento, no debí preguntar eso y lo siento si algo de lo que dije te molestó─ dijo en tono bajo pero lo suficiente alto para que yo lo escuche.

Asentí y ordené: ─ Sígueme─ ella no tardo nada en levantarse y seguirme pero a cierta distancia.

Empecé a caminar lentamente y al llegar a la pileta, ella ya había estado a mi lado.

Cuando era pequeño, creía que si tiraba una moneda y pedía un deseo, se cumpliría. Un día vine a tirar una moneda y cuando la tiré, una niña de cabello negro y unos ojos de muñeca se acercó y sacó la moneda de la pileta, me miró y preguntó: ─ ¿Enserio crees en estas tonteras?

─Créeme pelirroja, ella era la niña más bonita que haya visto en mi corta vida, bueno yo me quedé sin palabras y lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza. Ella frunció el ceño y soltó una carcajada, su risa era contagiosa así que yo también reí.

La pelirroja sonrió y habló: ─ ¡Awww, fue tu amor a primera vista!

Asentí y dije: ─Aún no acabo de contarte─ Realmente no sabía porque estaba contándole algo tan personal, pero ella me daba una confianza y necesitaba desahogarme y ¡Que mejor que con una desconocida!

Al menos no la volvería a ver.

Bueno, yo empecé a ir constantemente a la pileta y ella estaba ahí, nos hicimos tan cercanos que parecíamos novios, pero no, solo éramos mejores amigos, era como mi hermana pero con el tiempo ese sentimiento cambió y la empecé a verla como algo más.

-─Pasé los mejores años con ella, viví mis mejores aventuras con ella, afronté momentos difíciles con ella.

La pelirroja me interrumpió: ─ Tu primer beso fue con ella─ dirigí mi mirada hacia donde estaba ella y pregunté asombrado: ─ ¿Cómo lo sabes?─ ella levantó sus hombros y respondió: ─Dijiste que viviste las mejores aventuras con ella y supongo que tu primer beso fue una de ellas.

Asentí y pensé en ese momento, Linn me dio mi primer beso ya que ella ya lo había hecho, pero mucho tiempo atrás y con su amigo de la infancia.

Reí al recordar ese beso, a los dos nos dio asco y nunca se volvió a repetir. Linn era la mejor. De eso no había duda.




ABIGAIL

Como el primer díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora