El Hilo Rojo. [Twidash]

2. Un Pequeño Encuentro.

Lunes por la mañana, Twilight se levantó a regañadientes, el domingo había pasado todo el día con Rarity, quien le ayudó a evitar tartamudear al hablar con los nervios a flor de piel. Se levantó de su cama y se alistó rápidamente, ya que quería llegar a la oficina lo más temprano posible, se encamino hacia la cocina, para preparar el desayuno; minutos después se le unió Starlight.

— Twilight, ¿Podrías revisar un nuevo proyecto que tengo en mente? — Dijo Starlight, mientras estaba desayunando tranquilamente.

— Claro. — Contestó con una sonrisa. — ¿Acaso es una nueva idea para un libro?

— Si. Aquí esta toda la información, y parte del primer capítulo del nuevo libro. — Explicó sacando una USB de su bolsillo y entregando la memoria a la peli azul.

— Esta bien. La revisaré después de la entrevista que tengo que hacer.

Starlight asistió con la cabeza, y siguieron desayunando y conversando de cosas triviales, Starlight le comentó que conoció a una chica, que logro capturar su atenció, mas no le dijo su nombre. Twilight termino de hacer algunas cosas, y despidiéndose de Starlight, salió de la casa en dirección a la oficina.

Tragó grueso al ver que en la entrada de la oficina, había una fila de personas que de seguro querían aplicar para el puesto en la editorial; respiró profundamente y siguió su camino, saludo a las personas, pero cuando estaba por cruzar la puerta, alguien le dió un hincapié, causado que la peli azul cayera al suelo.

— ¡Oh, disculpa! — Dijo una chica con cara burlesca.— No me fijé que un incapacitado estaba pasando por aquí. — Hizo una pose dramática. — Es que no tienen ningún nivel de presencia, que es casi imposible saber que están aquí. — Se burló mirando con desprecio a la peli azul.

— “Estúpida rubia oxigenada, seguro y no sabe diferenciar una suma de una resta.” — Pensó con molestia. Intento levantarse, pero no pudo, lo cual causó una risa colectiva, excepto por una peli plateada que se salió de la fila para acercarse a la peli azul.

— ¿Estas bien? ¿Te hiciste daño? — Preguntó amablemente, extendiendo su mano para ayudarla a levantarse.

— ¿Eh? ¡Ah! — Twilight estaba en schok, esa chica era diferente a las demás, pues fue la única que no se burló de su estado, y quien le ofreció ayuda. — ¡Oh! Si, estoy bien, no te preocupes. — Exclamó con una sonrisa, mientras se levantaba con ayuda de la chica. — Gracias por tu ayuda. — Dijo antes de entrar a la editorial, en donde la esperaba Adagio.

— ¿Estas lista? — Adagio le dió una sonrisa, tratando de darle confianza a su mano derecha.

— En lo que cabe. — Respondió Twilight, encogiéndose de hombros. — Sólo necesito cinco minutos, para ordenar y alistar todo.

Adagio asistió y se dirigió a la secretaría, para que en cinco minutos, hiciera pasar a las chicas en el orden en el que llegaron.

Twilight ingreso a la oficina, dejándose caer en la silla, colocó el bastón cerca del escritorio, suspiro y comenzó a ordenar algunos papeles. Cinco minutos después, Twilight llamo por teléfono a la secretaría, para informarle que podía hacer pasar a la primera persona.

Inmediatamente entró a la oficina, una chica rubia de grandes atributos, y para sorpresa de la peli azul, esa chica fue la misma que le metió hincapié.

— Vaya... Esto es... Incómodo. — Susurró Twilight, al ver como la chica se ponía aún más blanca, suspiro y se dijo mentalmente que debía de actuar profesionalmente. — Tome asiento señorita. — Le dijo cortésmente.

La rubia se sentó, y contestó rápidamente a todas las preguntas que la peli azul le hacía, siempre haciendo notar de que era hija de personas importantes; para Twilight, la chica no cumplía ningún requisito, es más, parecía que esa chica jamás había movido un dedo para hacer algo por su propia cuenta.