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Pov Suga

-¿Esto es necesario?- pregunté arreglando mi cabello de maneras diferentes hasta convenserme.

-Justo y necesario, hay que divertirnos de vez en cuándo ¿no crees? Hay que compensar lo de la otra noche.

-Ella no va a querer, ni siquiera yo quiero.

-Min Suga, lo que no sabes es que mandé a un arma secreta a convencerla.

-¿De que mierda hablas enano?

-Mis padres hicieron mierda su cerebro para ponerme un nombre como para que vengas tú y me llames enano.

-Ya Jimin, ¿cuál es tu dichosa "arma secreta"?

-Kim Taehyung.- tragé duro.

-Nisiquiera te llevas bien con él.- solté.

-Pero Morganita sí, sabia que de cualquier modo lo invitaría, así que me adelanté y lo invité yo.obviamente el idiota se sorprendió y se burló en mi cara, pero me contuve.

-Esto me huele a plan con maña.

-¡Obviamente! Yo no doy paso sin huarache, lo invité para ganarme puntos con Morgana y ser su favorito otra vez.

-Pero...

-¿Pero qué?

-Nada, olvidalo.- reí.- eres más infantil de lo que pensaba.

-Tienes que apurarte, no me gusta dejar mucho tiempo solo a esos dos, Taehyung siente algo por Morgana y eso es peligroso.

-¿Tu crees?

-Uhjum, es más que obvio ¡pero jamás dejaría que ese bruto se quedara con ella! ¡no con mi dulce hermana! En cambio si se queda con mi mejor amigo...

-Jimin se por donde vas, así que para por favor, y la respuesta es no, no seas paranoico.

-Vamos azuquitar de mi vida, no te sigas engañando.

-Mejor cierra la boca y vámonos, nos esperan.

-¡Esa es la actitud!- gritó poniéndose la chaqueta de un jalón, ahora el castaño se la vivía todo el tiempo en mi casa con la excusa de "cuidar a Morgana de las fuerzas del mal" ridículo.

Me había decidido ir casual, después de todo sería un carnaval característico de aqui al cual iríamos, y no me pondría lentejuelas en el cuerpo, ni loco. Usaba mis Jordan negras, vaqueros de mezclilla y una camisa de mangas largas en estampado militar.

Salimos de casa no sin antes despedirnos de mamá quien nos dijo que nos esperaría con la cena. Asentimos y nos despedimos de ella sin saber si realmente llegavamos a tiempo para la cena. Caminamos con rumbo a casa de Morgana, tocamos el timbre y segundos después la señora Hyde nos abrió la puerta. Ella nos resivió con un fuerte abrazo y nos dejó pasar, el señor Hyde seguía en la oficina y Thom se encontraba en su habitación durmiendo, últimamente se la pasaba durmiendo por repentinos dolores de cabeza que le daban. A Morgana le preocupaba demasiado, a mi también, pero el doctor había indicado que tuviera reposo, tomara el medicamento y una buena alimentación.
Entramos a la sala y ahí estaban Morgana y V a las grandes risas, al notar nuestra presencia se levantaron a saludar.

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