Cálculo que fueron 30 minutos los que tardamos en llegar, a donde sea que fueran a llevarnos.—Bajalas, y chiquillas no intenten gritar que aquí nadie puede escucharlas.
Y efectivamente así era, cuando salinos pude ver que no había nada más que árbole. Y la casa era enorme. Volví a ver hacia los alrededores, tal vez estaban mintiendo para que no gritaramos...
—Camina.
Me dijo un hombre y luego me llevó a jalones a la puerta. Sentí que un brazo se aferró a mi, era Michi.
—Tengo un mal presentimiento. — Me susurró al oído.
—Nos encontrarán, ya verás.
El hombre puso un código, que pude ver perfectamente. 771098 fueron los números que oprimió.
—Y no intenten escapar, hay varios hombres fuera de la casa y haciendo guardia, que no dudarían en matarlas. Ni siquiera a ti.— Dijo refiriéndose a mi aunque no entendí porque a mi.
Las puertas se abrieron y como dije la casa era enorme. ¿Porque teniendo una casa tan grande necesitaban dinero?
—¿Son las nuevas? —. Pregunto alguien.
—Si.
—Acá.
Seguimos al otro hombre, subimos unas escaleras y después un pasillo hasta que al final paramos en una puerta. El hombre tocó tres veces y luego se escuchó un pase. Abrieron la puerta y entramos.
—Llegaron, bien. Veo que cumpliste con lo que te pidió mi sobrino.—Dijo con una sonrisa que me erizó la piel, viendo hacia mi.— Hicieron buen trabajo. Toma.— y le dio una pila de billetes.—Yo me encargo del resto.
El hombre asintió y salio.—Como imagino, creo que ya les advirtieron. No hay ninguna casa a veinte kilómetros así que no intenten nada, afuera hay muchos hombres con armas y en menos de lo que piensen ustedes estarían muertas.
¿Que?
—N..no ¿Pediran rescate? M..mi mi papá podría darles mucho dinero. So..solo hay... Hay que llamarlo.—Habló una chica.
El hombre comenzó a reírse.—Con dos noches podría ganar más que todo el dinero que tiene ti papi.
—¿Que?— Habló la otra chica y el hombre se acercó a mi.
—Que se quedarán aquí hasta que ya nadie las elija.— Dijo y luego me miro.— Excepto tú. Tú tienes un trabajo.... Especial. Bien, como ustedes son de 15 y 16 años tendré que enseñarles algo. Vengan todas.— Dijo y salimos otra vez.
Caminamos por varios pasillos hasta que agarró a una de las chicas y la metió a uno, puso un código diferente que no pude ver y la puerta se cerró. Más adelante dejo a la otra chica y luego iba a hacer lo mismo con Michielt.
—¿Que hay ahí dentro? —. Preguntó Michi.
—Alguien esperándote. Ahora entra.— Respondió.
—No entraré ahí con nadie.— Dijo Michi segura.
—¿Sabes? Siempre cuando llegan nuevas a las que son como tú las asesinamos frente a todas las demás, como una lección. Ahora entra si no quieres ser una como ellas.
Michielt se asustó mas no entró hasta que la agarró del brazo y la metió a la habitación.
—Ahora ven tú. Como ya dije tienes un trabajo especial. Mandaré llamar a Christopher...