Su vida iba bien, no podía quejarse demasiado o eso fue hasta que el timbre sonó en aquella fatídica mañana y descubrió con terror que nuevas responsabilidades habían sido agregadas a su rutina sin ninguna clase de aviso.
¿Cómo preocuparse por una c...
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-¿Por qué noona nunca contesta?- y arrojó con molestia el celular a la cama.
No era la primera vez que le llamaba, prácticamente lo había hecho desde el momento en que fue en el taxi al aeropuerto para impedir que tomara su vuelo. Los primeros días habían sido en los que solía marcarle más de cinco veces al día, no sabía si no contestaba por la diferencia horaria o porque la muy maldita lo ignoraba, pero estaba seguro que era la segunda opción, ¡¿cómo diablos no iba a escuchar su aparato?! Y ¡¿cómo no iba a notar todas esas llamadas perdidas?! Maldijo a su noona una vez más y le pidió al señor que hiciera que engordara por todo lo que posiblemente se comía en esos días y pensó que eso sería una buena venganza... por más buena genética que tuviera sabía que si se descuidaba mucho subiría un par de kilos y esto también era gracias al haber tenido una hija años atrás y que no era tan joven como antes, "el cuerpo cambia" pensó con maldad.
Últimamente ya casi no la llamaba porque había pasado a resignarse, pero al menos una vez al día le hacía una llamada; a veces se preguntaba qué clase de madre despreocupada era, ni siquiera llamaba para saber cómo estaba su ente del mal o si había comido y no la culparía si llamaba preguntando por eso siendo que a veces por viciarse no cenaba y ese tipo de cosas que a las personas normales no se les olvidaba. El caso era que su noona no contestaba ni llamaba, parecía que algo se la había tragado y aunque sonara divertido no lo era, porque si eso pasaba terminaría siendo ahora si, el padre de la niña, sería como una especie de padre-tío -gruñó- no le agradaba la idea.
Vio al pequeño bulto aún dormido en la cama y pensó que se veía tan pacifica e inocente; no daba para nada la imagen de ser una causadora de problemas como era en realidad. Suspiró y salió de la habitación.
La noche anterior se la había pasado realmente bien y entonces recordó a Jongwoon luego de traer de regreso aquellos recuerdos y se preguntó qué había pasado en esa noche realmente, porque la realidad era que en aquel momento no había pensado nada y desconocía por qué no lo había hecho cuando era algo que no ocurría todos los días; Jongwoon le había tomado desprevenido y podría deberse a que aún seguían con la cabeza hecha un lío por los juegos mecánicos.
Cuando lo besó en la mejilla lo hizo de forma tan natural que él no hizo nada rechazar el gesto y si alguien hubiera visto aquella escena estaba seguro que habría pensado que era un esposo despidiéndose de su familia antes de irse a trabajar. Creyó en sus palabras, Jongwoon no se había dado cuenta hasta que lo había hecho porque puso una expresión similar a la que él pensaba había hecho en aquel momento.
¿Jonghoon había intentado besarlo? Y si lo había intentado, él no se había opuesto simplemente porque no podía apartar sus ojos de aquellos orbes oscuros y la razón de ello podría deberse a que había disfrutado pasar ese día con él incluso con su sobrina acompañándolos, por lo que si alguien habría de besarlo de la nada no le habría molestado que fuera él.
