unknown || park jisung

ciento trece.

Me acerqué a ayudar a Jihyun con lo que me había dicho. Me entregó las cajas en la mano y se alejó.

"Eh, ¿no íbamos a hacerlo juntas?" dije. Se dio la vuelta y rió.

"Tengo que limpiar el suelo." Se encogió de hombros y fue a coger la fregona. No me lo podía creer.

Suspiré y comencé a colocar las cosas como ella me había dicho. Jeno dejó caer su cabeza sobre el mostrador, casi quedando dormido.

"Jeno." lo llamé. En cualquier momento podría entrar cualquier cliente y verlo ahí, dormido. No se despertaba. "¡Jeno!" levantó la cabeza de golpe. "Casi te quedas dormido." Reí. Apareció Jihyun de nuevo, fregando el suelo por donde estábamos nosotros. En realidad, yo prefería hacer lo que estaba haciendo a limpiar el suelo.

"Casi no. Se quedó dormido." Dijo.

Me llegó un mensaje. Supuse que sería Jisung, así que lo abrí rápido.

Conversación con Jisung:

Jisung: no me da vergüenza por ellos

Jisung: me da vergüenza por ti

Jisung: creo que te has dado cuenta de que hemos dormido juntos

Lo miré y se encogió de hombros.

Seguí colocando las cajas. Eran pocas, pero parecía que no iba a acabar nunca. Eran aproximadamente las 20:00, y se estaba haciendo de noche, por lo que Jihyun avisó a Jisung.

"Jisung, ven hacia aquí, coloca los estantes que están por esta zona." dijo, y él vino más cerca.

"¿Y qué importa?" dijo Jeno.

"En las tiendas de conveniencia siempre hay personas que se pelean en la puerta, o entran de golpe, o incluso vienen a robar. Es por eso que hay ahí un botón rojo, para que llaméis a la policía." respondió Jihyun.

Todos la miramos asustados.

"Eso no va a pasar. Pero, por si acaso, prefiero que Jisung no esté muy cerca de la puerta."

Un grupo de chicas, como de 17 o 18 años, entraron. Todas ellas llevaban uniforme, pero a las 20:00 de la tarde, ¿quién lleva uniforme? Todas ellas parecían muy... rudas, por así decirlo.

Fueron a la zona donde Jisung había estado antes ordenando los estantes. Jihyun lo miró con cara de "Te lo dije" y Jeno y yo reímos.

Se pasaron aproximadamente 10 minutos decidiendo entre las tres qué comprarían, pues no se pusieron de acuerdo y comenzaron a insultarse, aunque poco después empezaron a reírse como si estuvieran borrachas, aunque no lo estaban.

Después de 10 minutos, se acercaron al mostrador, donde estábamos nosotros y una de ellas me miró con una expresión muy enfadada.