unknown || park jisung

treinta y tres.

Salí de la ducha y me vestí para ir al instituto. Cogí mi cámara y me tomé una foto. No había una razón para hacer esto, pero me apetecía. Salí de la habitación, alegre, y bajé por las escaleras hasta llegar a la cocina, donde se encontraba mi hermana comiendo una manzana y leyendo un nuevo libro, diferente al que había estado leyendo el día anterior.

Yerin amaba leer. Me gustaba que lo hiciera, ya que sabía que esa era una de las maneras en las que logró superar su depresión hacía unos meses. Ella continuamente sufría insultos por parte de sus compañeros, pero poco a poco se habían hecho menos graves desde que nuestra madre fue a hablar con el director del instituto, quien logró -de alguna manera- parar estos insultos, o mejor dicho, suavizarlos un poco. Me sentía orgullosa de haberle ayudado en eso, amaba hacerla feliz. Aunque aún seguía recibiendo algunos insultos, ya fueran por su dificultad de vocalización al pronunciar la letra r, o por su forma "extraña" y diferente de relacionarse con el exterior. Yerin era una persona especial, y eso la gente no lo entendía.

"¿Cuál es el libro que estás leyendo ahora?" le pregunté, interesada. Ella levantó la vista de su actual lectura.

"Se llama 'Ciudades de Papel'." respondió animada. Sabía que ya había leído aquel libro un par de veces, pero a ella le gustaba leer los libros muchas veces, según ella, para no perderse nada y enterarse de todo correctamente. Amaba saberlo todo de ella. Amaba jodidamente verla feliz después de todo lo que había pasado.

"Oh, ese libro... Creo que deberías prestármelo algún día. Cuando lo termines de leer, claro."

"Oh, sí, creo que te gustaría." dijo feliz, pero hizo una pausa para pensar, y su semblante se tornó serio. "Sae, tengo que preguntarte una cosa." dijo.