Capítulo 16.

1K 91 16
                                    

Nos movimos en coche hasta llegar a una especie de casa con parcela, la tierra un poco mal pero suficiente para vivir varios días. Cerca de allí vivía un amigo mío que nos dejaría algo de comer y alguna que otra sabana para dormir. A la hora de estar allí llegó mi amigo, Hoseok. Trajo cervezas y un montón de maría para pasar un rato juntos. Nunca me dijo que empezara a fumar o a drogarse. Mientras yo colocaba las cosas que había traído Jimin y él se quedaron en la entradita, bebiendo y fumando.

Los escuchaba reírse y hablar mucho, a mi no me apetecía estar allí, pero se hacía tarde y me asomé, a ver si entendían que quería dormir con mi novio, o al menos que se callaran un poco. El caso es que cuando llegué allí, Jimin estaba encima de las piernas de Hoseok, habían acabado todas las cervezas y la maría y Jimin no podía ni hablar.

-Estáis fatal, vamos a dormir Jimin.
-¿Qué? ¿Por qué tienes que decirme qué hacer?
-Estoy harto de escucharos gritar y reíros, me duele la cabeza.
-Pues que te den por culo, a ver que culpa tengo yo. Vete a dormir solo, tu amigo me ha caído bien. –Empezó a tocarle el cuello y a mirarle a los labios.
-Eres un cabrón, Jimin, no sé por qué coño hemos venido aquí. Te has vuelto más puta que yo.
-¿Prostituto, Jungkook? Eso no me lo esperaba. –Se rió Hoseok.
-Me voy, ya volveré cuando os haya dado un malito o algo.

Mientras me iba escuchaba a Jimin hablar sobre mi prostitución y todo lo malo que supone que hice, pero no dijo ni una sola maldita palabra sobre lo malo que era él en el trabajo, de lo insoportable que era, del daño que me hizo y me sigue haciendo con actitudes así. Hoy me arrepentía de haberlo conocido. Hubiera sido un chico de provecho si no me hubiera encontrado nunca con Jimin. Pero aun así deseaba poder abrazarle y besarle, dormirme en sus brazos, tocar su pelo, sus mejillas, escuchar su voz diciéndome te quiero, ver su boca cerca de mis ojos sonriendo. Deseaba que Hoseok no hubiera estado, que hubiera sido yo.

Me desperté en un banco, no había dormido mucho, estaba amaneciendo y estaba cerca de donde nos alojábamos ahora. Tenía muchísimo sueño y me dolía la espalda de haber dormido en un banco. Lo único que deseaba era que Jimin no hubiera dejado dormir a Hoseok con él, que cuando llegara todo estuviera bien, que me diera un beso e hiciéramos juntos el desayuno o siguiéramos durmiendo. Solo quería estar bien con él.

Pero llegué y las cosas de Jimin no estaban, el coche no estaba, no había nada, nada importante hasta que miré por toda la casa y en el salón, o la habitación que tenía un sofá. Las paredes de esta habitación estaban llenas de papeles pegados con mensajes de Jimin. Había mensajes de Jimin enfadado, me culpaba de destrozar su vida, de no sentirse querido, de tener que apoyarse en otros porque yo no le daba nada. Jimin triste que me echaba de menos, que necesitaba que volviera, que quería abrazarme hasta morir. Jimin histérico, con miles de papeles rotos, con garabatos y sin nada legible. Jimin desesperado, mandándome a la mierda, agobiado por no tener comida, trabajo, por no tener nada. Un Jimin que pensé que nunca vería, rompía conmigo, se iba, no quería volverme a ver, se marchó, me buscaría la vida para volver. Un Jimin que se había cansado de mí y que ya no quería saber nada de mí.

No podía creerlo, tenía que ser una mentira, una broma de Hoseok y Jimin, esperé a que volviera, no paraba de llorar, de romper las notas, rompí una silla contra la pared, grité, me arañé y arañé el suelo. Solo quería ver como Jimin aparecía por la puerta, pero oscureció y no apareció nadie. Deseaba que todo hubiera sido un sueño, pero mi vida había acabado ahora y lo único que podía hacer era llorar, morir, tumbarme y sufrir.

Cogí mis cosas y salí a la calle, estaba lloviendo, era de noche, apenas había una luz alumbrando y miré al cielo. “Jimin, espero que te vaya bien donde quiera que rehagas tu vida.” Comencé a andar, y la última lágrima que iba para Jimin cayó de mi ojo por mi mejilla, mezclándose con el agua de lluvia.

Lvx Aeterna. «Jikook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora