Capítulo 5.

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Me levanté sin ganas de ir a clases, seguramente hoy no hiciéramos nada importante, y estaba mucho mejor entre los brazos de Jimin. Parecía haberse despertado ya porque me acariciaba el brazo con suavidad. Miré hacia la mesa y vi lo que nos sobró anoche de la maría. Dicen que el desayuno es mucho mejor si antes te fumas un porro, así que por qué no iba a probarlo. Me estiré un poco para coger el chivato (la bolsa dónde se mete) y el papel. Jimin se quejó y se tumbó hacia el otro lado. Me senté en el borde de la cama con todos los preparativos sobre mis piernas desnudas. Estaba ya terminando cuando Jimin acarició mi espalda, también desnuda, besándola contadas veces.

-¿Qué haces que no has ido a clases? -Me preguntó sentándose detrás de mí y cogiéndome por la cintura.
-Me apetecía quedarme aquí contigo. -Le miré con una sonrisa cayendo encima de él.
-Ahora me lo pasas, no seas capullo. -Sonrió.
-Está bien, te iba a dar de todas maneras. -Lo encendí.
-Más te vale, enano.
-Lo dice el alto. -Me reí y le di una calada.
-Ven, vamos preparando el desayuno.
-¿No vas a la entrevista hoy?
-¿Después de fumar? Estás loco. -Rio.

Le pasé el porro y me levanté rumbo a la cocina. Jimin me siguió y parecía estar bastante ciego ya. Le pedí el porro y riéndose por nada me lo dio. Yo aún estaba bien, así que no pasaría nada si me lo acababa yo. Aún había bastante en el porro pero bueno, ya estoy acostumbrado. Me lo fui terminando mientras Jimin intentaba hacer el desayuno, se le cayó la cuchara tres veces. Conseguimos tomarnos las tostadas que nos parecieron el paraíso y nos tiramos en el sofá a no hacer nada. Me encantaba estar sentado, apoyado en Jimin mientras él me acariciaba cualquier parte del cuerpo, esta vez la cabeza.

-Podríamos ver una peli. -Dijo él entusiasmado.
-¿Cuál quieres ver? -Pregunté.
-Elige tú.
-A mí me da igual. -Me incorporé para coger el ordenador y enchufarlo a la tele.
-No, decide tú.
-No me hagas esto, Jimin. Dime una canción y ya está. -Encendí el ordenador.
-Joder, ¿no podemos ver una película que tu quieras ver? -Vino conmigo a ver las películas que yo estaba viendo.- Mira, esa misma.
-Está bien. -Puse la película, apagué las luces y me senté con él.

Al rato se levantó por algo de comer, frutos secos. Aún estábamos ciegos y nos enterábamos poco de la película, pero la comida estaba buenísima. Viendo la película no dejaba de ver imágenes extrañas, como si todo estuviese deformado. Luego me quedé dormido.

Jimin me despertó en algún momento con un beso, ya se me había pasado todo pero me estaba muriendo de hambre. Cuando vi la hora eran las seis de la tarde y obviamente me salté la comida. Merendé algo, Jimin se estaba duchando. Salió mojado, con solo la toalla por la cintura y rascando su hombro. Abrió su boca como si quisiera que yo le diese de comer. Le acerqué la galleta y la mordió feliz. Luego se sentó encima de la encimera.

-Vas a mojarlo todo. -Le dije bebiéndome el vaso de leche.
-Pues luego lo seco.
-Pues vale. Me voy a duchar yo también.
-Vamos a ir a la fiesta de Yoona, ¿no?
-¿Tenemos dinero? -Pregunté quitándome la camiseta y poniéndola a lavar.
-Algo tenemos, al menos para maría.
-Está bien.

Me metí en el baño. Jimin había dejado el espejo empañado con un mensaje: "¿Puedo entrar?". Nunca nos habíamos visto desnudos, la verdad. Lo poco que he visto de él han sido sus calzoncillos, pero no me faltaban ganas de verle. Abrí el grifo de la ducha y grité su nombre para que viniese. No se había vestido todavía. Me reí, me sonrió y nos metimos en la ducha juntos.

Jimin me acariciaba la espalda mientras yo me lavaba el pelo, fue bajando su mano hasta tocar mi culo. Me estremecían las caricias que me estaba dando y estaba desconcertándome tanto que el jabón del pelo empezó a caer por mis ojos. Me quejé de dolor y Jimin se asustó echándose hacia atrás. Cuando hube quitado todo el jabón de mis ojos le miré.

Lvx Aeterna. «Jikook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora