Las tierras rojas de Zeth'kur estaban embarradas por la lluvia, a nuestros lobos les costaba caminar por una tierra tan blanda, aún así, las cabezas de los animales caían una tras otra.
Era imposible no ser el lider de Zeth'kur, claro, si tienes a Duralion como compañero, estoy feliz de haberme cruzado con él, me hizo alguien.
Él día que nací, dicen mis padres que asesiné a un lobo, sin capacidad mental, no recuerdo haber hecho eso, pero la nota de mis padres indicaba aquello, que ellos murieron a causa de un lobo, fueron devorados, la sangre se escurrió por toda mi casa hecha de paja y barro, yo me salvé, mis padres no.
De entonces, Haragon Mirafija se hizo cargo de mi, era el hijo mayor de los Mirafija, me enseñó todo lo que un Orco debe saber, incluso el orgullo, ese orgullo Orco que se perdió hace mucho tiempo, antes, los Orcos no vivíamos en comunidad con otras razas, las cazabamos, de hecho, pero eso se perdió cuando la aparición de Harux sucedió. En especial, los Humanos, ellos eran nuestro mayor enemigo, los llevamos a un rincón y ahí levantaron un muro, siento respeto por los Elfos o No-Muertos, por un lado, los Elfos han sido siempre la raza más poderosa de todo Dim y los No-Muertos, eran solo guerreros caídos que querían disfrutar de una vida a base de cerveza e historias en la hoguera, pero los Humanos son penosos, ellos no eran ni uno ni el otro, un intento de ser como cada una de las razas y no ser ninguna. Algún día, ellos no vivirán el mismo mundo que yo. Dejando de lado eso, Haragon y yo nos las tuvimos que arreglar, los Mirafija estaban vivos al menos, pero pobres, era inaccesible para ellos y yo un arma que valiese la cabeza de un Simbo, por ejemplo. Un día, la caza era pobre, como siempre, nunca alcanzamos a cazar para competir por el trono, normalmente, alguien caza para comer, pero con lo que se compite no se come, así que siempre teníamos lo justo y necesario para comer. Aquella mañana, un Kalos voló hacia nuestro hogar, amenazante, un Kalos era un gran peligro para nosotros, puesto que son unos murciélagos gigantes cargados con magia oscura, murciélagos demoníacos en fin, los Mirafija apenas podían cortarle la cabeza un lobo y resultar gravemente heridos, bueno, eso hubiera sido el fin para todos nosotros, pero apareció Duralion, era muy joven por aquella época y Grom reinaba Zeth'kur, pero ese día sucedería de todo, el último Elemental dejaría de existir y Duralion sería el nuevo Rey.
Duralion llegó montado rápidamente hasta nosotros, tomó su ballesta y disparó a la bestia, llamando su atención, luego, saltó de su montura y con su espada, cortó su cabeza, así salvó a lo poco que quedaba de los Mirafija, los padres de Haragon y sus hermanos murieron.
-Lamento su perdida, chicos. -Duralion estaba triste y feliz, ese Kalos lo llevaría al reinado, pero acababa de morir una familia.
-No... no pasa nada. -Haragon miró hacia abajo con una cara larga, pero eso lo entristeció más, el charco de sangre de sus fraternos estaba en sus pies y empezó a llorar.
-Tranquilo, chico, lo arreglaré... ¿cómo se llaman? -Nos preguntó.
-Él es Haragon, de la familia Mirafija, y yo soy Perim, el último de los Halcón. -Le dije.
-Hoy estás de suer... -Se detuvo, supo detener la estupidez que casi soltó- bueno, llevaré esta cabeza al Reino de Zeth'kur para sumar puntos de caza, como esta bestia azotó vuestro hogar y ustedes ahora están a la deriva, vivirán conmigo y les enseñaré todo lo que sé. -Mis ojos se iluminaron, el segundo mejor cazador de Zeth'kur nos estaba reclutando, abandonaría mi pobreza y al fin podría aspirar a la caza.
Y los años pasaron, Grom dejó de ser el Mayor Cazador y Duralion pasó a serlo, Haragon y yo aprendimos de la caza junto a él, luego, cuando Cieri llegó, él murió a manos de Fel'koz, no lo culpo, él se encontraba corrupto y yo decepcionado.
Vi muchas muertes en mi vida, seres queridos han caído desde que nací, pero la de hoy fue especial.
Un grupo de elfos nos atacó, una de ellos llevaba un arco peculiar.
-Orco sucio, por la fauna del mundo, llegó tu hora de morir. -Esa arquera, la del arco peculiar, le dijo a Duralion que lo mataría, Duralion no tardó ni un segundo en contestar.
-Vamos a ver si puedes trabajar como hablas, elfa, ¡GAAAAAAAAAH! -Se abalanzó sobre la elfa y de pronto, había una flecha clavada en un árbol, de ella, se derramó sangre que pintó el tronco- No... no lo puedo creer, yo... -Una flecha atravesó su corazón y este estaba clavado en aquel árbol. Los Elfos se dieron vuelta, pero antes, la arquera me dijo algo.
-Recuerda mi nombre, Aza'fir-la, cazaré a todo aquel que amenace la vida de Dim, estoy harta de su sucia sociedad, cuida tu espalda, Perim. -Y se fue.
Ese, fue el día más triste en mi vida, lloré demasiado, tenía a Duralion y su sangre en mis brazos, él estaba muerto, eso me ponía a mi como el Mayor Cazador, pero no era motivo de celebración.
Juré venganza, te mataré, Aza.
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La Guerra Oscura
FantasyLaf'ith-athlar, Apsel y Fel'koz se fueron en busqueda del Archimago Mai'ath-ali a través de los mundos, mientras que, una facción de dos personas trajo de nuevo a la vida a Koeh'ion y a Keth'aera-ali, pero antes de eso, una raza desconocida sale de...