BUSCANDO LA LIBERTAD

Capítulo 23 FINAL

Queríamos ser libres de esa maldad y no permitir que el odio y el resentimiento albergaran en nuestro corazón y en nuestra mente. Y gracias a Dios, llegamos hasta el doctor Ángel, que como su nombre lo dice, ha sido un ángel en nuestro camino.

Dos meses después, empezamos a estudiar en casa con los maestros que el doctor Ángel nos pagaba para poder nivelarnos académicamente.

Un año después de la aprehensión de Roberto, el doctor Ángel contrajo matrimonio con una señorita que conoció en la capital mientras se hacían las diligencias por la sentencia de Roberto. Su nombre es Karen Alvarez, se fue a la casa a vivir con nosotros. Siempre se han visto muy enamorados, su ayuda e interés en nuestra educación y superación ha sido muy importante para nosotros.

Después de un tiempo, me dieron una recámara para mí sola. Al principio, me daba miedo, pero me acostumbré conforme pasaban las noches y recordaba que en esta casa estaba a salvo, y con las terapias con el doctor Miguel y con el cariño del doctor Ángel y de su esposa fue más fácil.

La compañía de Rosi fue muy importante para mí, ella me recordaba todo el tiempo la fortaleza que hay en mí, me acompañaba por las noches y teníamos largas pláticas en mi recámara. Con Karen cuidábamos el jardín de la casa. El doctor Ángel nos enseñó a cabalgar muy bien, por lo que, solíamos salir Manuel, el doctor y yo al campo muy seguido a caballo.

Dos años después del asesinato de María se concluyeron los trámites y el doctor Ángel y su esposa nos adoptaron, así que, Manuel y yo pasamos a ser legalmente sus hijos y lo llamamos PAPÁ, y él a nosotros, hijos. Y nos matriculamos en la escuela que nos correspondía.

Cada día me sentía más fuerte, más libre, en paz. Sabía que el amor que en mí había era correspondido plenamente. Me sentía protegida por mi familia. Nunca olvidé a mi padre biológico, pero estoy segura que él y Dios nos mandaron a este nuevo papá para que por fin pudiéramos ser felices.

No diré que superar todos los traumas fue fácil, pero con persistencia y paciencia de nuestra familia, con el tiempo y amor, pudimos salir adelante. Aprendimos que no toda la gente es mala y que vale la pena vivir y luchar por ello... Que buscando la libertad de la maldad, es posible encontrar el camino que te haga sentir amado, respetado y valorado.

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Se escuchan fuertes aplausos... La gente se pone de pie. Es difícil para Marien borrar de su rostro la amplia sonrisa que esto le provoca.

Cuando los aplausos cesan y la gente se sienta, Marien continúa con su discurso:

-Gracias... Se denomina maltrato infantil o abuso infantil a cualquier acción física, sexual o emocional u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o apoderados , que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza el desarrollo de tales funciones. Se distinguen cinco tipos básicos de maltrato infantil:
el abuso físico, el abuso sexual, el maltrato emocional, el abandono físico, el abandono emocional. En 1874 fue la primera vez que se ganó un caso referido al abuso o maltrato infantil, cuando una menor de nueve años nativa del estado de Nueva York fue sometida a abuso físico. Una trabajadora de caridad ayudó a la criatura y la misma acudió a la Sociedad Americana para la Prevención de crueldad de los animales donde la trabajadora, encargada del caso de la menor expresó lo siguiente: "la menor merecía tanta protección como a un perro común" y con estos testimonios pudieron ganar el caso. Existen grupos de asesoramiento y apoyo que están disponibles para los niños y para los padres que quieren recibir ayuda. Hay departamentos o agencias estatales y gubernamentales que son responsables de la protección de los niños menores de 18 años.
El impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, puede verse amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más obvias, relacionadas con el tipo, duración o intensidad del maltrato, sino también con las características de la víctima, los recursos y apoyos que tenga, y las propias situaciones de su evolución vital. ¡Basta de indiferencia al maltrato infantil!. Es por esto que los exhorto a cuidar de nuestros niños, sean familiares o no, de la clase social que sean... No dejemos a un lado la compasión a nuestro prójimo, y con más ahínco siendo éstos, niños desprotegidos. Y para apoyarlos está esta fundación que con la ayuda de mi padre, el doctor Ángel Torres y de mi madre, Karen Alvarez, hemos podido inaugurar el día de hoy. El cual ha sido uno de mis más grandes sueños desde que me di cuenta de que BUSCAR LA LIBERTAD VALE LA PENA y que por fin, a mis veinticinco años he podido cumplir.