I

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cinco años después del incidente.

Una linda niña de ojos azules corría a lo largo del bosque, sonreía y disfruta del sol del mediodía, jugando y disfrutando o al menos eso hubiera sido el escenario perfecto si la niña en realidad si corriera en vez de estar sentada o sonriera en vez de llorar, o tan siquiera jugará en vez de abrazar sus piernas y esconder su cabeza en ellas.

Una figura delgada se acerco a la niña quien se encontrada sentada en las raíces de un vejo pino, arrodillándose la figura tomo en brazos a la abatida niña y mientras entonaba una nana acurrucaba la cabeza de esta en su pecho, intentando darle calor y tranquilizarla.

—Mi niña, ¿Estas bien? — la pregunta fue dicha con tanto amor y dulzura que sería capaz de derretir hielo sólido.

—Mami—los ojitos de la niña estaban acuosos y rojos de tanto llorar, busco calor en los brazos de la mujer y hundió su cabecita en su pecho.

—¡Oh! mi niña, no llores—la mujer abrazando a su hija— mamá no quiere que su niña lloré—le dijo— mamá ama a su bebé— la mujer acariciaba los oscuros cabellos su hija con amor y delicadeza.

—Saki está triste, hoy se burlaron de Saki en el parque—la niña hablo en tercera persona justo como lo hacía su madre, sonaba triste, y cada palabra fue dicha intentando detener los pequeños gimoteemos que se escapaban.

—¿Qué se burlaron de ti? — la mujer estaba molesta nadie se burla de su bebé, nadie, le callaría la boca ella misma, incluso si debía ahogarla, la mujer esa sumamente celosa y protectora cuando hablaban de su hija.

—Dijeron que Saki es rara por no tener papá— dijo molesta y frustrada la niña, ella no entendía que tenia de malo no tener un padre como el resto de los niños en el parque, ella y Haru no tenían papá, pero no por eso era "rara", ella disfrutaba pasar sus días con su primo y jugar con el tío loke, ella no tenia papá y tampoco lo necesitaba, era feliz con su mami.

Aun que ese no era el verdadero motivo de llorar de la pequeña Saki, una niña especialmente molesta había llamado a su madre de una forma horrible y le había dicho que su padre las había dejado porque ella había nacido, cosa que destrozo Saki, pensar que su mami estaba sola por su culpa, le rompió su corazón.

—oh no, no llores o mamá llorará también— le consto juvia, intentando secar el torrente que salía de los ojos de su hija

—Mami, ¿soy rara por no tener un papá? — le pregunto en sollozos, aunque esa no era la verdadera pegunta que deseaba hacerle a su madre, sabía que, si la hacia la haría llorar, además Saki siempre fue sorprendentemente mas sensible a su entorno, entendía con mayor rapidez que ocurría a pesar que casi nunca lo demostraba, prefería hacer pensar a su madre y a su primo Haru, que era ciega a su realidad.

La mujer abrazo a su hija con más fuerza —no tesoro, mamá te ama no necesitas a nadie más —

La niña abrazo a la mujer y derramo las ultimas lagrimas del día, aunque ya no lloraba por ella, lloraba por su madre, después de todo aun tenia ganas de preguntar ... ¿Es mi culpa?, aunque siempre preferiría callar, sabia que ella no necesitaba a nadie más, aunque quizá, para su madre no era igual.

_____________

Una esbelta y bonita mujer de cabello rubio miraba por la ventana de su casa el inmenso bosque que tenía delante. Estaba nerviosa su mejor amiga había salido hace ya un rato y aún no regresaba, había salido corriendo detrás de su hija cunado esta se echo a correr rumbo al bosque. Estaba tan nerviosa de la hora que sin notarlo había roto dos vasos de cristal.

Más que una Simple TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora